La tauromaqyia ha vuelto a vestirse de luto después de que el matador de toros Iván Fandiño falleciera este sábado 17 consecuencia de una gravísima cornada inferida por un toro de la ganadería de Baltasar Ibán en la ciudad francesa de Aire Sur L,Adour, han informado a Efe fuentes del departamento de comunicación del torero vasco.

El torero, de 36 años, fue prendido por el tercer toro en un quite con el capote, por chicuelinas, momento en el que trastabilló y, una vez en el suelo, el animal le metió el pitón por el costado derecho.

A toda prisa fue conducido a la enfermería por las cuadrillas y compañeros, a uno de los cuales, el galo Thomas Dufau, pronunció Fandiño sus últimas palabras: «Que se den prisa en llevarme al hospital que me estoy muriendo», según recoge el diario francés Sud-Oest.

Su muerte recuerda a la de Francisco Rivera «Paquirri», que también falleció en la ambulancia

Fandiño estuvo más de una hora en la enfermería y no fue trasladado al hospital hasta que finalizó la corrida.

Durante ese largo tiempo, los doctores que le supervisaron en un primer momento, muy preocupados al no conocer todavía el alcance de la cornada, decidieron sedarle por completo, pues, según palabras de los propios galenos al apoderado de Juan del Álamo, Rui Bento Vasques, que accedió a la enfermería para interesarse por su estado de salud, el diestro pegaba «auténticos alaridos de dolor».

Después del festejo fue trasladado en ambulancia para recorrer los 33 kilómetros que separan las ciudades francesas de Aire Sur L’Adour y Mont de Marsan, pero Fandiño entró en el hospital «clínicamente muerto», según declaraciones del cirujano que lo asistió en el hospital «Layné» al diario Sud-Oest.

La fatal cornada afectaba a «hígado, riñón y pulmones». Una muerte que recuerda a la que de Francisco Rivera «Paquirri», que también falleció en la ambulancia que le trasladaba de Pozoblanco a Córdoba.

Con la muerte de Iván Fandiño, son dos los toreros fallecidos a consecuencia de una cornada en lo que va de siglo, después de la de Víctor Barrio, que hace un año perdió también la vida a cargo de las astas de un toro de «Los Maños» en la plaza de toros de Teruel.

Iván Fandiño (Orduña, Vizcaya, 1980) fue un torero que se abrió paso a golpe de afición y sacrifico. Forjado en la capeas de Guadalajara, se enfrentó siempre al sistema y a las grandes casas empresariales de la mano de su amigo y apoderado, Néstor García, con quien trabajó codo con codo desde sus inicios hasta la funesta tarde de hoy en Francia.

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