El Consejo examinó una propuesta de Holanda, elaborada sobre la base de un documento presentado por España para acercar posiciones y debatido en la reunión anterior de los ministros, el pasado junio. El texto logró el respaldo de Austria, Alemania, Polonia, Irlanda, España, Luxemburgo, Estonia, Letonia y Bélgica, indicaron fuentes comunitarias.

Punto y final a la discusión, pese a las consecuencias que conllevará para España


     Sin embargo, no se consiguió el respaldo de una mayoría cualificada que la Comisión Europea exigía para poder revisar la normativa vigente.

       La propia titular española de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Isabel García Tejerina, reconoció a la prensa que el Consejo estaba "tremendamente dividido" sobre el asunto y admitió que no iba a ser fácil alcanzar un acuerdo.

     Al final de la reunión, el comisario europeo de Agricultura, Dacian Ciolos, señaló que con este voto, "el debate ha llegado a su conclusión".

      El comisario recordó una vez más la necesidad de dar a los productores lo antes posible una señal clara y definitiva, dado que ya han comenzado a planificar su producción.

     La medida va a provocar un coste que rondará los 65 millones de euros para España, ya que las previsiones del Magrama señalan que se va a sobrepasar el 3% en todo el Estado, que se deberá comenzar a abonar a partir de enero a un precio de 27 céntimos el kilo que sobrepase la tasa determinada.

Una minoría frena una buena campaña con mejores perspectivas


     De hecho, Austria, Alemania, Dinamarca, Irlanda y Holanda, entre otros, pedían poder producir más en esta última campaña sometida al régimen de cuotas, pero evitando o reduciendo el pago de una supertasa, penalización que se impone en caso de rebasar las cuotas.

      Esos países argumentan que hay buenas perspectivas de mercado de cara a los próximos meses y no quieren tener que esperar hasta abril del próximo año para poder aplicar el nuevo régimen.

     Para ello, apuestan por la corrección del coeficiente de materia grasa, algo que en la práctica permitiría producir un poco más sin superar las cuotas actuales.

     En el extremo opuesto, Francia, Reino Unido, Italia y Portugal, entre otros, son partidarios de respetar las reglas vigentes, incluidas las normas sobre la supertasa.

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