EFE.- La CE indicó en un comunicado que ha remitido al Parlamento Europeo y al Consejo de la Unión Europea, en el que están representados los Gobiernos de los Veintiocho el informe, redactado en línea con la actual legislación sobre esquemas de calidad de los productos agrícolas y alimentos.

El documento describe las cualidades de las explotaciones locales y las cadenas cortas de suministro y venta en la UE, y examina los desafíos a los que se enfrentan los pequeños productores.

En opinión del comisario europeo de Agricultura, Dacian Ciolos, “incrementar el papel de los sistemas alimentarios locales es una respuesta a una clara expectativa entre los ciudadanos de la UE”.

“También es particularmente importante para los agricultores y para la diversidad de la agricultura en la Unión”, opinó.

Al mismo tiempo, afirmó que a través de la venta directa y un contacto más cercano con los consumidores, los agricultores europeos pueden “añadir valor a sus productos, impulsar sus ventas y entender mejor las expectativas de los ciudadanos de la UE en lo referente a los alimentos y los métodos para producirlos”.

Sistemas locales

“Por eso queremos animar a los agricultores a desarrollar sistemas locales de alimentos y discutir la mejor manera de incrementar la visibilidad de sus productos”, subrayó.

Así, la CE instó al Parlamento Europeo, el Consejo, los Estados miembros y las regiones de la UE a que hagan sus aportaciones sobre si las herramientas políticas existentes “son apropiadas y proporcionan la flexibilidad adecuada para este tipo de agricultura y sus ventas”.

En el informe, los expertos consultados consideraron que un esquema específico de etiquetado sólo sería beneficioso si se integra con otras medidas que ayuden a los agricultores a encontrar canales de venta alternativos.

Por otro lado, el texto concluye que el uso de términos de calidad opcionales es una herramienta eficaz para que los agricultores comuniquen el valor que añaden a sus productos, y ayuda a “que esos esfuerzos adicionales se vean recompensados”.

Esa información “opcional de calidad” podría satisfacer las principales expectativas de los consumidores: saber de dónde vienen los productos y las características de la cadena de suministro.

Etiquetas simples

La etiqueta sería “simple” y no supondría una carga extra para los agricultores, pero a su vez estaría sujeta a controles y garantizaría una credibilidad suficiente para los consumidores, que verían reducido el riesgo de confusión sobre esos artículos.

La Comisión también recordó que la demanda de “alimentos de calidad, frescos y locales” está aumentando en toda la Unión, en ocasiones combinada con “expectativas medioambientales, climáticas y sociales”.

Se valora en particular el potencial de las cadenas de alimentos locales, de temporada y ecológicas para contribuir a la reducción de emisiones de CO2 y de desperdicio de comida.

El informe cita datos recopilados en 2007 por la oficina comunitaria de estadística, Eurostat, que revelan “diferencias significativas” sobre el desarrollo de la venta directa entre los Estados miembros.

De media, el 15 % de las explotaciones de la UE vendía más del 50 % de sus productos directamente a los consumidores, mientras que en Grecia ese porcentaje de agricultores ascendía casi hasta el 25 % pero en España representaban tan sólo un 0,1 %.

Por otro lado, según datos de la consultora Natural Marketing Institute, el 71 % de los franceses y el 47 % de los españoles y los británicos afirman que es importante comprar productos locales.

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