Por su parte, el director de Innovación de la firma cordobesa, José Pellicer, ha destacado que “es necesario impulsar una reconversión varietal hacia mandarinas tardías que, como Tango, sean de calidad, re¬tables para los productores y que, además, permitan superar los decretos que obligan a alejar las colmenas de las plantaciones para así cumplir con un triple objetivo beneficioso para todos: aumentar la población de abejas, mejorar la floración de los cítricos u otros frutales y para que los apicultores puedan lograr también mayores rendimientos con la miel de azahar”.

    Efectivamente, en la década de los 80 y 90 la proliferación de explotaciones con mandarinas fértiles híbridas como Fortune, Ortanique o incluso, más recientemente, con la expansión de Nadorcott, se agravó el problema de la ‘pinyolà’ (la presencia de semillas en los frutos por efecto de la polinización). La solución adoptada –esto es, los sucesivos decretos que obligan a alejar durante el periodo de floración los asentamientos apícolas que facilitan esa polinización a kilómetros de distancia de las plantaciones de clementinas- ha servido para alimentar durante lustros el enfrentamiento entre apicultores y citricultores.

Las pérdidas por tene que alejar las colmenas fue de 7,5 millones de euros

    Conscientes de lo conflictivas que resultan las variedades híbridas, los planes de reconversión varietal impulsados por la Administración excluyeron también de las ayudas a mandarinas como las citadas. “Hoy la innovación permite lograr variedades como Tango (Tang Gold), que son estériles, que no se polinizan ni polinizan, lo que podría contribuir a revertir la situación”, matiza a este respecto Pellicer.
    
    Los responsables de sendas entidades coincidieron en destacar que el perjuicio que supone el alejamiento obligado de las colmenas es hoy “evitable” con mandarinas como Tango (Tang Gold) y que, además, existe abundante literatura científica que acredita que, salvo contadas excepciones, la polinización de las abejas melíferas incrementa la producción, aumentando el número y el tamaño de los frutos que presentan un mejor cuajado.

     Según un estudio de La Unió, el cumplimiento de tales decretos, supuso unas pérdidas anuales para los productores de miel de azahar de 7,5 millones de euros, perjuicio que se ha disparado porque, además, desde 2009 que los apicultores no cuentan con las compensaciones que se les abonaban por cumplir con tal norma.

      La actual regulación en materia de alejamiento de colmenas permite determinados asentamientos próximos a zonas citrícolas en periodo de floración, pero La Unió estima que, pese a todo, se sigue excluyendo al 70% de las colmenas. En las pocas zonas citrícolas habilitadas y para compensar la amenaza de posible presencia de semi-llas, se han dado permisos excepcionales para realizar tratamientos a base de ácido giberélico o de sulfato de cobre durante el periodo de floración, principios activos que están muy cuestionados y restringidos por la UE.

     “Apoyamos la oferta de variedades de mandarinas como Tango (Tang Gold) porque todos estos problemas podrían solven-tarse en beneficio de todos”, ha concluido Ramón Mampel.

 

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