Info Ambiental.- Se prevé que los efectos del cambio climático sobre el agua se intensifiquen en el Mediterráneo y sus regiones vecinas en los próximos años, situación que podría amenazar aún más la seguridad de la población, sobre todo la de aquella ubicada en las zonas más vulnerables a las sequías o a las inundaciones. En este sentido, algunos políticos han alertado sobre los peligros de las “guerras del agua” y el cambio climático como amenazas a la seguridad nacional.

Sin embargo, este discurso simplifica enormemente una realidad más compleja. Si bien los cambios relacionados con el clima y los recursos hídricos son importantes, desempeñan una función secundaria como causantes de conflictos e inseguridad humana en comparación con otros factores políticos, económicos y sociales.

En los países con instituciones competentes y sistemas de protección social y seguridad civil, los conflictos violentos tienen menos probabilidades de producirse y las poblaciones sufrirán mucho menos por los desastres climáticos.

Estas son algunas de las concusiones de un estudio de tres años de duración sobre el agua, los conflictos y la seguridad en el Mediterráneo, Oriente Próximo y la región del Sahel, en África. Un equipo internacional de científicos procedentes de catorce institutos se reunió la semana pasada para presentar y debatir sus resultados.

El debate forma parte del proyecto CLICO, que ha reunido por vez primera a varios de los mejores investigadores dedicados a los recursos hídricos, la vulnerabilidad, la paz y la seguridad. El proyecto explora las dimensiones sociales del cambio climático y los conflictos relacionados con el agua y la influencia que estos ejercen sobre la seguridad nacional y de los ciudadanos.

Los resultados del proyecto se presentaron en el congreso de clausura de CLICO, celebrado en Chipre en paralelo al congreso EWACC 2012 (Energy, Water and Climate Change). Este sirvió para establecer recomendaciones políticas que mejoren la seguridad de las poblaciones y proponer nuevas ideas sobre las políticas públicas y los acuerdos institucionales necesarios para promover la paz y la seguridad bajo condiciones hídricas y climáticas cambiantes.

Entre otros aspectos, se debatió la relación entre la sequía, las inundaciones y el aumento del nivel de mar y los conflictos sociales, el papel de las instituciones, los acuerdos entre países y las políticas de adaptación para paliar sus efectos.

Más desarrollo

Los estudios realizados indican que la vulnerabilidad de las poblaciones responde en gran medida a causas preexistentes a los desastres naturales, como la pobreza, la falta de acceso a la educación o la corrupción en instituciones políticas y administrativas.

Los investigadores de CLICO han comprobado también que el desarrollo reduce los conflictos nacionales violentos por el agua, y que en algunos casos frena la expansión de la agricultura extensiva, lo cual puede dar lugar a tensiones y conflictos sociales.

Por ello, los investigadores hacen un llamamiento a que los mensajes políticos no reiteren modelos simplistas que vinculen el cambio climático directamente con el conflicto social y la inseguridad: una mejor distribución de la riqueza, mayor protección social, acceso universal a la justicia y mayores niveles de democracia pueden mejorar en gran medida ambas cuestiones.

La coordinación del proyecto CLICO recayó sobre el Instituto de Ciencia y Tecnología Ambientales (ICTA) de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), y recibió fondos conforme al área temática “Ciencias socioeconómicas y humanidades” (SSH) del Séptimo Programa Marco (7PM) de la Unión Europea.

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