En ese mes, el propio Secretario General de COAG, Miguel Blanco, tuvo que salir a la palestra para denunciar que los precios en origen se habían hundido "con la colaboración necesaria de la especulación por parte de intermediarios y las grandes cadenas de distribución europeas, que han aprovechado el veto ruso para bajar los precios al productor sin repercutir esa bajada al consumidor".

      Ahora en septiembre, las cosas han vuelto a una relativa normalidad, aunque supera la media de los últimos cuatro meses, donde se estaba produciendo una relativa estabilidad en los precios en su conjunto, aunque siempre con salvedades concretas.

     En este sentido, destaca la subida de la patata, que si ya el pasado mes se multiplicó un 1.050%, en septiembre ha vuelto a ver cómo la diferencia entre lo ue percibe el agricultor (0,05 céntimos) y lo que paga el consumidor (0,66) equivale a un 1220%, una escalada que refleja no sólo el perjuicio que sufren sus productores, sino que representa la mejor imagen de la crisis que vive este sector, hasta el punto de que ya se ha recomendado que no se recoja la cosecha por falta de rentabilidad y para intentar -al parecer sin éxito- frenar la caída de los precios en origen.

     Mención especial también para la manzana, que aunque finalmente ha entrado junto con la pera en las ayudas por el veto ruso, ha visto cómo se disparaba su diferencial un 750%. Igualmente, la aceituna en verde ha alcanzado un estado muy preocupante, ya que pasa de pagarse en origen a 0,45 céntimos a salir al mercado a 4,51 euros, una diferencia del 902%.

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