Mientras se asistía al nacimiento mundial del gigante de fertilizantes y semillas en el que se ha convertido Bayer con la compra de Monsanto – parece que de forma definitiva -, los agricultores denuncian la subida de precio de los abonos nitrogenados que están un 10% más altos que en 2017, en un momento en el que se registra un mayor consumo de estos fertilizantes y manifiestan su apoyo ante la reclamación del el COPA-COGECA para eliminar los aranceles e impuestos sobre las importaciones de fertilizantes.

Así, ASAJA ha señalado que este 2018 se está pagando la tonelada de fertilizante nitrogenado a unos 220 euros, veinte euros por encima de 2017, cuando ya los precios eran muy altos. «Ese 10% significa que un agricultor con una explotación de secano de unas 200 hectáreas tendrá que pagar 1.200 euros más que el año pasado para abonar esta primavera la misma superficie», ha explicado.

Castilla y León es, junto a Andalucía, la comunidad autónoma que más fertilizantes consume, por su amplia superficie e importancia agrícola. Una hectárea de secano precisa unos 300 kilos de abono nitrogenado como media, mientras que una hectárea de regadío consume más de 700 kilos.

Los fertilizantes minerales representan para los productores de cultivos herbáceos hasta el 45% de los costes de insumo

Asimismo,  sumando cereal de secano (1.700.000 Ha), cereal de regadío (200.000 Ha) y cultivos de regadío  (200.000 Ha de remolacha, maíz, patata…), en Castilla y León se precisarán estos meses de primavera cerca de 740.000 toneladas de abono nitrogenado.

Los fertilizantes minerales representan para los productores de cultivos herbáceos hasta el 45% de los costes de insumos, y son imprescindibles, «por lo que el agricultor no tiene otra posibilidad que acatar los abusivos precios que fija la industria, que funciona en la práctica como un monopolio», comentan desde la organización.

ASAJA respalda al 100% la carta, remitida por el COPA-COGECA a la Comisión Europea instando a eliminar los aranceles e impuestos sobre las importaciones de fertilizantes.

«es el momento de que Bruselas corrija esta anomalía y proteja a la parte débil, que son los agricultores, y no las grandes compañías de fertilizantes.»

Esto se debe a los derechos antidumping y los aranceles aduaneros en las fronteras de la UE, que protegen a los fabricantes de fertilizantes minerales europeos frente a la competencia internacional. Como resultado, los precios de los fertilizantes en la UE son mucho mayores que en otras regiones del mundo y, a pesar de ello, «los agricultores europeos y sus cooperativas venden su trigo y otros cereales a precios del mercado mundial. Tal situación genera un desequilibrio que se refleja en la renta de los agricultores de la UE», ha lamentado ASAJA.

La organización agraria considera que los aranceles antidumping se vienen aplicando desde un período inusitadamente largo  (23 años) y sin razones que lo justifiquen, causando graves perjuicios a la competitividad de las exportaciones agrícolas europeas y a la renta de las explotaciones familiares, por lo que creen que «es el momento de que Bruselas corrija esta anomalía y proteja a la parte débil, que son los agricultores, y no las grandes compañías de fertilizantes.»

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