Los auditores del Tribunal de Cuentas Europeo (TCE) están realizando una auditoría sobre la política de seguridad alimentaria de la UE en la que examinarán si el modelo de seguridad alimentaria de la UE tiene una fundamentación sólida y, al llevarse a la práctica, garantiza que los productos alimenticios consumidos en la UE estén exentos de riesgos químicos.

Así lo informaban desde Europa hace un par de días, comunicando también la publicación de un documento informativo sobre la política de seguridad alimentaria de la UE cuyo propósito es servir de fuente de información para los interesados en el tema.

La política de seguridad alimentaria de la UE adopta un enfoque integrado, con medidas en todas las etapas de la cadena alimentaria: desde la alimentación animal, la salud de los animales, la protección fitosanitaria y la producción alimentaria, a la transformación, el almacenamiento, el transporte, la importación, la exportación y las ventas al por menor.

La auditoría se centrará en el sistema de control de los riesgos químicos

Esto implica garantizar un sistema de control eficaz, gestionar las relaciones internacionales con países no pertenecientes a la UE y con organizaciones internacionales, y garantizar una gestión del riesgo con fundamento científico. El modelo de seguridad alimentaria de la UE depende de la solidez y eficacia de su sistema de seguimiento y control para proporcionar una política «de la granja a la mesa» que sea coherente.

Los tres tipos de riesgos que pueden poner en peligro la seguridad alimentaria, según identifica la institución son: físicos, biológicos y químicos. La auditoría se centrará en el sistema de control de los riesgos químicos, o sea, las sustancias venenosas que se producen de forma natural o se añaden durante la producción o manipulación de alimentos.

Entre otros, se pueden citar como ejemplos los agentes limpiadores, los pesticidas y algunos metales. Aunque se realizan controles para garantizar que el uso de sustancias químicas se ajuste a la reglamentación (como en el caso de los plaguicidas en las actividades agropecuarias), los residuos pueden seguir afectando a etapas posteriores de la cadena alimentaria.

Visitarán tres Estados miembros: Países Bajos, Italia (Liguria) y Eslovenia

«Uno de los principales objetivos de la UE es garantizar la seguridad de los alimentos que consumimos», afirma Janusz Wojciechowski, Miembro del Tribunal de Cuentas Europeo responsable de la auditoría. «Con nuestra auditoría buscamos que los consumidores comprendan mejor cómo funciona el modelo de seguridad alimentaria de la UE y que confíen más en la política alimentaria de la UE».

El límite máximo total de gastos con cargo al presupuesto de la Unión en «Seguridad de los alimentos y los piensos, salud y bienestar de los animales y cuestiones fitosanitarias» para el período 2014-2020 es de 1 890 millones de euros.

Los auditores se entrevistarán con el personal de la Comisión Europea y de las agencias competentes de la UE, y celebrarán consultas con las partes interesadas de la industria alimentaria. Visitarán tres Estados miembros: Países Bajos, Italia (Liguria) y Eslovenia. La publicación del informe de auditoría está prevista para finales de 2018.

Este documento forma parte de una serie de informes del TCE sobre diversos aspectos de la cadena alimentaria, que también aborda el despilfarro de alimentos (publicado en enero de 2017), el bienestar animal (en elaboración) y los alimentos ecológicos (también previsto para 2018).

 

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