Las mujeres, que viajan en grupo de 200 personas, salen del puerto de Tánger ciudad y una vez llegan a España los autobuses organizados por los empresarios de las explotaciones agrícolas les trasladan hasta el lugar correspondiente.

   Las jornaleras marroquíes, que proceden de distintos lugares de Marruecos y que tienen una franja de edad de entre 25 y 40 años, son, por lo general, mano de obra ya empleada en años anteriores y experta en la materia.

   En 2011, un informe sobre las temporeras marroquíes en España elaborado por la investigadora de la Universidad de Tánger Chaida Arab apuntaba que un 96% de las 65 mujeres encuestadas estaban satisfechas con el salario que percibían (35 euros por jornadas de siete horas), diez veces superior al que podrían obtener en Marruecos.

   Sin embargo, denunciaba el fuerte impacto psicológico que causa en estas trabajadoras tener que separarse durante varios meses de sus familias, y se recomendaba que las trabajadoras tuviesen libertad de circulación durante su estancia en España (algo que reclaman el 99% de ellas).

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