Los grandes incendios forestales quemaron en 2015 un 48 por ciento más de superficie que en los últimos diez años y sólo en 15 de ellos ardió el 38 por ciento de la superficie total afectada por el fuego en España ese mismo año.

Así lo ha destacado el secretario general de la organización ecologista WWF, Juan Carlos del Olmo, durante la presentación del informe anual «Dónde arden nuestros bosques: análisis y soluciones».

La mano del hombre se encuentra detrás del 96% de los incendios, de los cuales un 55% es intencionado

Del Olmo ha asegurado que los grandes incendios forestales (Grandes Incendios Forestales -GIF- mayores de 500 hectáreas) son «superincendios», grandes tragedias que implican la pérdida de vidas humanas, destrucción de la biodiversidad y descuidar a un gran aliado en la lucha contra las emisiones de CO2.

INCENDIO MAGRAMALa mano del hombre se encuentra detrás del 96 por ciento de los incendios, de los cuales un 55 por ciento es intencionado, el 23 por ciento por negligencias y accidentes y el resto por causas sin especificar.

El pasado año hubo alrededor de 12.000 siniestros y 103.200 hectáreas afectadas por el fuego, prácticamente el mismo número que la suma de 2013 y 2014, años en los que se quemaron 105.540 hectáreas.

De media, en las últimas dos décadas en cada gran incendio forestal han ardido 1.375 hectáreas, cifra que en diez años se ha incrementado en casi un 25 por ciento hasta alcanzar 1.774 hectáreas.

Entre 2006 y 2015 se produjeron de media 23 grandes incendios, que apenas representan el 0,12 por ciento del total de siniestros.

Sólo en tres incendios del pasado año ardió casi un 80% de la superficie quemada en los GIF

Sin embargo, en 2015 estos superincendios fueron muy destructivos, ya que quemaron de media 2.632 hectáreas, un incremento del 48 por ciento respecto a la media del decenio, ha recalcado Lourdes Hernández, autora del informe y responsable de la campaña de bosques de la ONG.

«Sólo en tres de ellos, el de Quesada (Jaén), Luna (Zaragoza) y Acebo (Sierra de Gata), ardió casi un 80 por ciento de la superficie quemada en los GIF».

INCENDIOS PREVENCIONPero no todas las comunidades son igual de vulnerables: Canarias, Cataluña, Comunidad Valenciana y Aragón destacan por sufrir especialmente el impacto de estos siniestros, ya que los últimos 15 años se calcinaron ardieron en ellas entre el 76 y el 95 por ciento de la superficie total incendiada en España.

Andalucía, Castilla-La Mancha, Baleares y Extremadura también presentan una notable incidencia de estos siniestros con un porcentaje de superficie calcinada superior a la media nacional.

En cuanto a la asiduidad de los incendios, Canarias, Comunidad Valenciana, Castilla y León, Aragón y Andalucía sobresalen por presentar una mayor frecuencia de GIF respecto al total de los siniestros.

la mayoría de la superficie forestal no tiene identificadas las áreas denominadas «Zonas de Alto Riesgo de Incendio

A este respecto, Hernández ha recordado que las comunidades autónomas tienen la «obligación legal» de conocer con detalle las zonas más probables en las que una simple chispa puede acabar en desastre.

incendio 3Sin embargo, el problema radica en que el 86 por ciento de la superficie forestal española no tiene identificadas las áreas denominadas «Zonas de Alto Riesgo de Incendio (ZARI)», ha lamentado Hernández, quien ha detallado que, de esa superficie, el 40 por ciento corresponde a regiones con una fuerte incidencia de GIF.

Cantabria, Madrid, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Extremadura, Murcia, Islas Baleares e Islas Canarias sí que han identificado las ZARI, pero aún no tienen disponible información sobre la supuesta aprobación de los planes de defensa específicos.

una solución pasa por Revertir el abandono de la superficie forestal y apostar por bosques autóctonos y mixtos

El informe señala que las administraciones deben incrementar las partidas presupuestarias destinadas a prevención, ya que más del 80 por ciento de las inversiones se reservan a la extinción, frente a apenas un 20 por ciento destinado a la prevención.

Los Programas de Desarrollo Rural (PDR), recientemente aprobados, suponen una ocasión para revertir el modelo y apostar por bosques más resistentes a las llamas, en vez de dar prioridad a las acciones de apoyo a la extinción que actualmente copa un 73 por ciento de las ayudas.

Revertir el abandono de la superficie forestal y apostar por bosques autóctonos y mixtos -el 60 por ciento de los incendios se inicia en bosques con masas arbóreas demasiados específicas- son algunas de las medidas que la organización ecologista WWf lanza a las comunidades para reducir el número de siniestros.

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