Asimismo, se destacó que ll panorama, sin duda, ha cambiado ya que la reforma introduce varios conceptos que van a suponer que un número importante de perceptores de ayudas en años anteriores, dejen de recibirlas, o que para seguir percibiéndolas deban cambiar y adaptar su forma de producir a prácticas más respetuosas con el medio ambiente, porque el respeto al entorno cobra cada vez más peso y, según comentó Álvarez-Coque, en unos años esa condicionalidad se incrementará aún más.

La Comunidad Valenciana no debe confiar en la PAC como solución

    En la Comunitat Valenciana, la PAC representa un 14% de la renta agraria frente a otras comunidades, en las que alcanza el 30%. Por ello, también quedó claro en la jornada que la agricultura valenciana no debe confiar en la PAC para su pervivencia. En palabras de José Miguel Ferrer: “Se pretende que la actividad agropecuaria esté orientada al mercado, y no a las subvenciones. Es cierto que la actividad tiene muy difícil competir con otras agriculturas, por eso necesita apoyo y así, como un apoyo, han de verse estas ayudas”.

    En línea con estas ideas  se introduce la figura del ‘agricultor activo’ y la necesidad de que para percibir las ayudas se haya de demostrar que al menos el 20% de los ingresos agrarios proceden de la comercialización de los productos. La Política Agraria Común a través de las medidas de Desarrollo Rural, también trabajará para que haya un mayor esfuerzo en la renovación generacional de los agricultores, que se dé el relevo a gente joven, que haya una transferencia del conocimiento y una alta inversión en innovación en el sector agrícola, forestal y en zonas rurales, para mantener la población y preservar el entorno.

     En coherencia con los objetivos marcados desde Europa, gran parte del dinero del Programa de Desarrollo Rural se destinará en la Comunitat Valenciana a la ayuda a las inversiones en explotaciones agrarias, con 53 millones de euros; al apoyo a las inversiones en transformación, comercialización o desarrollo de productos agrícolas, con un paquete de 92 millones de euros; o 40 millones de euros para ayudar a la instalación de jóvenes agricultores. Estas son algunas de las partidas más importantes dentro del paquete global de 450 millones de euros que percibirá la Comunitat Valenciana hasta 2020.

     “Para legitimar esta importante contribución del presupuesto europeo es importante que el ciudadano perciba que el apoyo a los agricultores se traduce en beneficios para todos los consumidores europeos, porque la PAC garantiza alimentos sanos, de calidad y a precios razonables, y contribuye a conservar el medio ambiente y la biodiversidad, a combatir el cambio climático, a mantener el empleo y desarrollar las áreas rurales de la Unión Europea”, apunta Carmen Olmo, presidenta del COITAVC.

Debe ayudar a acabar con el minifundismo, que condiciona muchas ayudas

     En la Comunitat Valenciana también se tratará de que la PAC ayude a mitigar el elevado minifundismo que tiene el campo valenciano, condicionando algunas ayudas, como la de cambio de cítricos por otros frutales más rentables, al incremento de la superficie de cultivo, bien por compra o bien por arrendamiento.

     En esta misma línea de incrementar la competitividad, también se lanzó la idea de lo importante que resulta mejorar el funcionamiento de la cadena alimentaria,  lo que se potenciaría con mayores agrupaciones de productores que para comercializar se unan en grupos amplios de negociación, en lugar de la atomización que existe ahora.

     Esta jornada organizada por el COITAVC, ha sido la primera de una serie de jornadas que celebrarán los Ingenieros Agrícolas bajo la denominación ‘Nuevos horizontes de la agricultura valenciana’, y que tratará temas de relevancia presente y futura para el sector agropecuario valenciano.

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