EFE.- Un equipo de investigadores del Instituto de Ciencia y Tecnología Animal de la Universitat Politècnica de València (UPV) ha desarrollado un proyecto que combina purines de cerdo y subproductos agrícolas para optimizar la producción de biogás.

Según un comunicado de la UPV, de esta manera se consigue dotar de valor añadido al exceso de purines de las granjas de la Comunidad Valenciana y dar un uso sostenible a los destríos (residuos) de algunos subproductos hortofrutícolas valencianos.

De momento, los investigadores han ensayado ‘in vitro’ la combinación de purines con destríos de pimiento, tomate, melocotón y caqui para conocer su potencial para producir biogás y buscar el nivel óptimo de combinación de ambos sustratos (purines y sub-productos agrícolas).

Tras un año de estudio, los ingenieros han comprobado que el pimiento aumenta en un 44% la producción de metano respecto a la de los purines solos; el tomate, la aumenta un 41%, y el melocotón, un 28%; mientras que con el caqui no han observado ninguna diferencia.

Los investigadores principales del proyecto, coordinado por el catedrático Antonio Torres, son los ingenieros agrónomos María Cambra-López, Verónica Moset y Pablo Ferrer.

En las granjas de cerdos se generan grandes cantidades de purines, compuestos fundamentalmente por las deyecciones de los animales, agua de limpieza y restos de pienso, cuya gestión consiste normalmente, en el almacenamiento en balsas y posterior aplicación en campo como fertilizante.

Según los investigadores, estos purines contienen una elevada carga de nutrientes como nitrógeno y fósforo, y materia orgánica, y pueden llegar a contaminar suelos, acuíferos y atmósfera, como consecuencia de la excesiva acumulación de nutrientes en los suelos y en las aguas y la emisión de gases de efecto invernadero y amoniaco a la atmósfera.

Una de las aplicaciones actuales de los purines es utilizarlos como fertilizantes para el campo, aunque el problema en la Comunitat Valenciana es la alta concentración ganadera en zonas muy localizadas del norte de Castellón y el interior de Valencia.

"Esto provoca que no exista suficiente superficie agrícola para aplicar el elevado volumen de purines generado en estas explotaciones", señala Cambra-López.

Además, según señala, el transporte de los purines "entraña unos costes elevados por su alto contenido en agua, que ni ganaderos ni agricultores están dispuestos a asumir".

Por ello, se ha estudiado el tratamiento conjunto de purines y subproductos agrícolas para producir biogás, con el objetivo de proporcionar alternativas sostenibles de uso y aprovechamiento de los purines, evitando así efectos medioambientales no deseables, y dotándolos de un valor añadido, es decir, transformarlos en energía.

Según Moset, "los purines producen energía, pero poca y, por lo tanto, no es rentable para el ganadero soportar el coste de una plata de biogás".

"Por ello, hemos combinado los purines con destríos de algunos subproductos hortícolas y frutales de las zonas de la Comunitat donde están ubicadas las granjas de cerdos para aumentar el nivel de metano en los purines y de esta manera, producir biogás de manera rentable".

Los investigadores piensan que en un año pueden obtener resultados a escala real y podrían ya aplicarse en plantas de biogás centralizadas, que podrían estar gestionadas por empresas interesadas e incluso por los propios Ayuntamientos de las zonas donde se concentra la ganadería en la Comunidad Valenciana.

Según señalan, con este proyecto se disminuye la emisión de metano durante el almacenamiento de los purines, un gas altamente contaminante y de mayor efecto invernadero que el CO2, y se da un uso y un valor añadido a los purines, ya que servirían para producir energía y llevaría a un ahorro en los costes de los ganaderos.

Además, se daría una salida a los destríos de los subproductos agrícolas utilizados, lo que supone una alternativa sostenible para los agricultores.

 

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