La Asociación Nacional de Obtentores Vegetales (Anove) cree que la agricultura está entrando en una nueva revolución verde, ligada a los avances en genética, por lo que reclaman a la Unión Europea (UE) que «no pare» este desarrollo para garantizar una producción «moderna, competitiva y sostenible».

Según ha explicado a Efeagro el secretario general de Anove, Antonio Villarroel, tras participar en la reunión de la Asamblea General de la entidad, si la UE termina aplicando el mismo modelo que frenó los organismos genéticamente modificados (OGMs), «sería catastrófico» porque dejaría a Europa sin posibilidad de desarrollarse en lo tecnológico.

Desde Anove se defiende que «las potencialidades son enormes» si no llegan obstáculos normativos

Villarroel ha apuntado que los transgénicos se están viendo superados ahora por técnicas mucho más precisas, que ya se están utilizando en el ámbito de la biotecnología, la farmacia y la medicina.

«Ya no tenemos que coger y cortar y pegar trozos de genes, sino que podemos entender dónde hay uno que nos está perjudicando y podemos silenciarlo; o al contrario, podemos activar también, a través de ellos, una resistencia a una enfermedad, reducir el uso de productos fitosanitarios o de residuos. Las potencialidades son enormes» si no llegan obstáculos normativos, ha indicado.

Para el secretario general de la entidad, «el reto de Europa está ahora en ver hacia dónde queremos ir, si a producir alimentos y desarrollar la agricultura o dedicarnos solamente a un modelo bucólico sin ninguna competitividad».

En su opinión, «si renunciamos a la tecnologías, perderemos definitivamente la carrera, con perjuicio para agricultores y sociedad en general», después de que la UE también decidiera renunciar a los OGM en el pasado, pese a que «no están justificadas todas las prevenciones y alarmas desatadas por algunos sectores».

Ha incidido también en el carácter estratégico de las empresas que operan en el mundo y sus inversiones para la mejora vegetal, superiores incluso a la industria del automóvil y del software.

El sector español de las semillas, el tercero de Europa y el decimotercero a nivel mundial, factura unos 700 millones de euros y sigue creciendo cada año, incluso durante la crisis, ha detallado.

El sector se marca como retos la obtención de nuevas semillas y la lucha contra la piratería, que ronda el 50%

Por su parte, el presidente de Anove, Julián Arnedo, ha llamado la atención sobre la piratería, que podría provocar pérdidas de más de 100 millones de euros al año a las empresas legales.

Arnedo ha señalado a Efeagro que este sector dedica entre el 15 y el 35 % de sus ventas a invertir en investigación, por encima incluso del farmacéutico, pero «para que haya retorno de estas inversiones hace falta que se respete la propiedad intelectual».

Entre las prioridades para estas empresas, está seguir aumentado la producción de calidad; desarrollar semillas resistentes a plagas, enfermedades, sequías o salinidad; y obtener nuevas variedades.

El vicepresidente segundo de la Federación Internacional de Semillas (ISF en sus siglas en inglés), Eduard Fitó, ha insistido en que el sector crece, mejora su reconociendo a nivel global y acapara la atención de los inversores.

En el caso español, Fitó ha recordado que, aunque no se alcanzan los niveles de grandes potencias como EEUU o Brasil, «es uno de los más importantes del mundo».

Como retos de futuro ha citado las regulaciones de los métodos de obtención de nuevas semillas y la lucha contra la piratería, que ronda el 50% y puede llegar incluso hasta el 75-80%.

En la Asamblea de Anove se han creado sendos grupos de trabajo con la adhesión de empresas de frutos rojos y de plantas para usos medicinales, respectivamente, y se dan pasos para crear otro sobre patata, con la participación de las firmas europeas de mejora de este alimento.

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