Así, Bruselas rebaja en parte las prohibiciones impuestas a las harinas animales, que se generalizaron en 2001 con motivo de una de las mayores alarmas alimentarias de la Unión Europea (UE), la ocasionada por el mal de las "vacas locas".

    Los fabricantes de alimentos para peces podrán emplear proteínas de cerdo o pollo, pero no de rumiantes (oveja, cabra o vaca)

    Hasta la fecha, las harinas animales han estado permitidas como sustento de mascotas, pero vetadas para alimentar a cualquier especie destinada a consumo humano, ya sea ganadera o piscícola.

    Aunque tardará en notarse el efecto práctico de este reglamento, facilitará una reducción de los gastos en piensos de acuicultura, que según el secretario general de la Organización Interprofesional de Acuicultura Continental (Aquapiscis), Raúl Rodríguez, se han elevado un 18 % en un año.

    Rodríguez ha afirmado que el reglamento hace realidad una "vieja aspiración" de los piscicultores. Incluso podría repercutir indirectamente en los costes para los ganaderos, según el director de la Confederación Española de Fabricantes de Alimentos Compuestos para Animales (Cesfac), Jorge de Saja.

    "Todo lo que sea ampliar el menú de proteínas, aunque solo para una especie -en este caso la acuicultura- beneficia a las demás, porque quita presión" sobre la oferta, ha añadido De Saja.

    Europa es deficitaria en piensos, los que van a piscifactorías están compuestos por pescado o soja, y este último ingrediente es fundamental como alimento del ganado terrestre. No obstante, al hablar del abastecimiento de soja las industrias tienen otras prioridades políticas, como por ejemplo las regulaciones sobre transgénicos.

    El gerente de Apromar, Javier Ojeda, ha matizado, no obstante, que el reglamento "no es la panacea ni soluciona gran cosa", porque los piensos para piscifactorías están elaborados, sobre todo, con pescado y los adquieren a empresas nacionales o de otros países comunitarios como Francia.

    La obtención de piensos para peces (158.537 toneladas por valor de 148 millones de euros) representa una parte muy pequeña de la fabricación nacional de alimentos animales, que ascendió a 30,6 millones de toneladas y 6,4 millones de euros el año pasado, según Cesfac.

   A simismo, de las 800 fábricas de piensos que hay en España, solo tres obtienen productos para piscicultura. Sin embargo, la acuicultura es un sector incipiente que tiene mucho potencial como fuente de suministro de pescado.  Cualquier decisión sobre seguridad alimentaria es sensible y más si tiene que ver con la crisis por las "vacas locas".

    Apromar y Aquapiscis han insistido en que los controles son "muy estrictos", pero al público le cuesta entender que no hay peligro por suministrar proteínas cárnicas al pescado.

    Según Cesfac, desde 1999 no se emplean harinas de pollo o cerdo para piensos de peces. El secretario general de Aquapiscis ha precisado que en España se desechan pocas partes del cerdo y quizá "algo más" de restos de pollo, por lo que la gran "bolsa" de subproductos animales procedería de especies rumiantes y, en este caso, no cabe esperar que la Unión Europea autorice su uso.

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