Novillas, una población aragonesa limítrofe con Navarra, ha sido la que más ha sentido hasta ahora la crecida, ya que desde anoche los bomberos y miembros de la Unidad Militar de Emergencias (UME) achican el agua que ha inundado los bajos de unas catorce casas próximas al cauce del río.

      El alcalde de Pradilla, Luis Eduardo Moncín, ha dicho a Efe que la situación está tranquila y que esperan que las motas de tierra aguanten la crecida, que pasa con una altura de 7,15 metros y que ha inundado unas 300 hectáreas de huerta.

      Los vecinos de Alagón han hecho guardia toda la noche y no dejan de mirar al río y a las motas, ha indicado a Efe su alcalde, José María Becerril, quien ha señalado que el caudal ya supera los siete metros y que esta avenida "será extraordinaria del todo".

      El alcalde ha vuelto a denunciar la situación del cauce del río, ha exigido la limpieza del cauce y ha señalado que los pueblos de la ribera tienen la sensación de que sus términos municipales son "como una especie de aliviaderos" antes de que la crecida llegue a Zaragoza.

Sensación de "indefensión" ante las "excusas"  de las administraciones y la CHE


     "La situación va cada vez a peor" y hay una sensación de "indefensión" frente a las "excusas" de las administraciones responsables ante estos episodios, Gobierno de Aragón y la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), a las que ha exigido la limpieza del río y la retirada de gravas.

      Tras criticar las motas que protegen grandes fincas, el alcalde ha expresado su preocupación ante la posibilidad de que se tenga que cortar la carretera comarcal A-126, por la que se accede a un puente sobre el río, y que afecte al polígono industrial de La Ciruela.

      Otra de las poblaciones amenazadas por el río es Alcalá de Ebro, cuyo alcalde, José Miguel Achón, ha dicho a Efe que la mayor preocupación se centra en el comportamiento de la mota que protege al pueblo, porque no se sabe "cómo va a evolucionar el río", que ya ha inundado más de 400 hectáreas de campos.

      En este pueblo, donde se espera que la punta de la crecida llegue en unas doce horas, trabajan también soldados de la UME para reforzar las defensas y grupos de vecinos voluntarios vigilan por turnos y revisan las motas, en algunas de las cuales hay filtraciones.

      En Boquiñeni, la situación es de "preocupación" porque el río viene con "mucho caudal", aunque no se espera que la punta de la crecida llegue a la población hasta las 20.00 horas de hoy, ha indicado a Efe el alcalde, Miguel Ángel Sanjuán.

      No obstante, confía en que la mota de protección del casco urbano, que fue reparada tras las avenidas registradas en 2013, "aguante, salvo imprevistos".

     Sanjuán, que ha pedido inversiones para proteger al pueblo de estas avenidas, ha señalado que la crecida ha inundado unas 500 hectáreas de campos de cultivo y que el agua llega a las defensas que protegen el casco urbano.

La CHE no tiene constancia de incidencias en las motas de contención por ahora


     Por su parte, según han informado a Efe fuentes de la CHE, en principio no hay constancia de que se hayan producido incidencias en motas de contención y en estos momentos se están recabando datos de caudales máximos registrados.

     Técnicos del organismo de cuenca, junto con el presidente de CHE, Xavier de Pedro, han recorrido los pueblos para comprobar "in situ" el estado de las motas, especialmente las que protegen los cascos urbanos en Novillas, Pradilla, Boquiñeni, Alcalá de Ebro o Cabañas.

     Desde la CHE han indicado que gracias a la gestión de distintos embalses se ha conseguido reducir en torno a 800 m3/s el caudal del Ebro a su paso por Castejón (Navarra), donde ha alzando a medianoche un máximo de unos 2.400 m3/s y actualmente registra unos 2.126 m3/s.

     Las mismas fuentes han precisado que se prevé que la punta de la crecida llegue a la capital aragonesa el domingo de madrugada, con un caudal entre 2.000 y 2.200 metros cúbicos por segundo.

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