Esa concreción de la cantidad de agua que se precisa en función de la zona y el calendario y la transformación de los sistemas de irrigación han sido las claves del descenso del consumo.

    Las comunidades de regantes del Ter, que alcanzan los seis siglos de antigüedad en algunos casos, dominan un área de 10.600 hectáreas y los principales cultivos son de maíz, alfalfa, frutales y arroz.

    El ahorro del agua se produce además sin que perjudique las producciones e, incluso, ha mejorado los rendimientos en algunos casos.

    Los regantes, que el pasado martes se reunieron con el director general del Desarrollo Rural de la Generalitat, Jordi Sala, y con Josep Maria Pagès, han acordado la adopción de este plan, que próximamente se presentará para su implementación progresiva ante el compromiso que representa con una agricultura más sostenible.

(Foto: www.irta.cat)

    Esa concreción de la cantidad de agua que se precisa en función de la zona y el calendario y la transformación de los sistemas de irrigación han sido las claves del descenso del consumo.

    Las comunidades de regantes del Ter, que alcanzan los seis siglos de antigüedad en algunos casos, dominan un área de 10.600 hectáreas y los principales cultivos son de maíz, alfalfa, frutales y arroz.

    El ahorro del agua se produce además sin que perjudique las producciones e, incluso, ha mejorado los rendimientos en algunos casos.

    Los regantes, que el pasado martes se reunieron con el director general del Desarrollo Rural de la Generalitat, Jordi Sala, y con Josep Maria Pagès, han acordado la adopción de este plan, que próximamente se presentará para su implementación progresiva ante el compromiso que representa con una agricultura más sostenible.

(Foto: www.irta.cat)

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