En materia energética, Margarita Bustamante informó durante la Junta General de los avances de la nueva central de compras de energía de Feragua y consideró prioritaria la colaboración con la Federación Nacional para lograr de la administración medidas que permitan reducir sustancialmente la factura eléctrica, como la aplicación de IVA reducido y el establecimiento de una contrato que permita pagar por la potencia realmente demandada por el regadío.

     Otra de los campos en los que trabajará la presidenta de Feragua es la agilización de los trámites de los proyectos de modernización de regadíos, promovidos tanto por la Administración General del Estado -a través de la SEIASA y la CHG-, como de la Administración andaluza a través de las ayudas a la mejora del regadío. Asimismo, instará a la Consejería de Agricultura y Pesca al pago de las ayudas concedidas a la modernización. “Según la información de que disponemos, la Junta de Andalucía está empezando a pagar ahora las cantidades que adeuda a las comunidades de regantes por los proyectos de modernización y mejora de caminos rurales emprendidos. Esperamos y hemos pedido a la administración andaluza es, en primer lugar, que pague cuanto antes a las comunidades; y en segundo lugar, que vayan también agilizando los trámites y resolviendo la cuestión de las abusivas garantías financieras exigidas, las cuales, hoy por hoy, dejan en papel mojado las ayudas aprobadas a algunas Comunidades de Regantes y pueden llevar en la práctica a un abandono de los proyectos de modernización”, señaló Bustamante, que entiende “que la modernización del regadío andaluz es la forma más directa para conseguir un uso eficiente y responsable del agua, tal como demanda la Directiva Marco de Agua”.     

    La corrección de las dotaciones establecidas en los planes hidrológicos del litoral y las dotaciones establecidas para la fresa en el Plan Hidrológico del Guadalquivir será otra prioridad para la presidenta de Feragua. “Estas dotaciones no garantizan el agua suficiente para ser competitivos en los mercados y pueden abocar a cultivos que hoy generan riqueza y empleo, a la ruina más absoluta, como es el caso de la fresa de Huelva. Las dotaciones de referencia propuestas en los planes hidrológicos del litoral son además arbitrarias e inconsistentes técnicamente, como lo muestra la absurda disparidad de las cifras asignadas entre demarcaciones y aún entre diferentes zonas de la misma demarcación, una desigualdad que llega a variaciones de hasta el 80% en cultivos tan representativos para la región como el olivar, que ocupa cerca de la mitad de la superficie regada de Andalucía”, afirmó.     

     La presidenta de Feragua trabajará igualmente para que la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir –que ya gestiona el resto de embalses del Guadalquivir- asuma de forma directa la gestión de la Breña II y Arenoso. “De esa forma ganaríamos todos, y particularmente los usuarios, pues la gestión de estos embalses por parte de la sociedad estatal Acuasur sólo encarece los costes para el regadío. Se podrían reducir igualmente los abusivos costes medioambientales que se repercuten a los usuarios y permitiría la aplicación de economías de escala y por tanto menores gastos repercutibles. Asimismo, haría posible la modificación de la amortización de la obra, que ahora se hace en 25 años y con la CHG podría realizarse a 50 años, reduciendo enormemente la cifra a imputar a los usuarios”, indicó.      

     La presidenta de Feragua consideró igualmente prioritaria “la defensa del plan de modernización del arroz como requisito inexcusable para el dragado del río Guadalquivir”, que, señaló, “debe realizarse con compensaciones para todos los regantes de la Cuenca, soluciones al problema de la salinidad y adecuadas garantías para el medio ambiente”.     

    Finalmente, la presidenta de Feragua trabajará durante su nuevo mandato por lograr de la administración nuevas infraestructuras de regulación que aumenten la garantía de agua y eviten inundaciones. Nombró como objetivos de Feragua la Presa de Alcolea en Huelva para garantizar los regadíos del Condado, la de Gibralmedina en Cádiz para regular la cuenca del Guadiaro que vierte al mar todos los años más de 700 Hm3 y la de San Calixto en el rio Genil para laminar las inundaciones de Ecija y garantizar más recursos hídricos en la deficitaria cuenca del Guadalquivir.     

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