El desarrollo de los trabajos se ha centrado en parcelas de reducidas dimensiones seleccionadas previamente por toda el área de este paraje del interior de la provincia de Valencia. Se han introducido más de mil ejemplares de distintas especies, entre las que destaca el tejo.

    A este emblemático árbol se le ha sumado el arce (Acer granatense), el quejigo (Quercus faginea), el serbal (Sorbus aria), la sabina (Juniperus phoenicea), el durillo (Viburnum tinus) o el madroño (Arbutus unedo), entre otros. Junto a otra clase de vegetales, como el jazmín (Jasminus fruticans), la madreselva (Lonicera etrusca) y el espino blanco (Crataegus monogyna).

   Cabe destacar que toda la vegetación con la que se ha efectuado la repoblación de los ecosistemas se caracteriza por la generación de relaciones mutualistas con la fauna del área natural de Chera. Estas especies de arbustos y árboles producen frutos carnosos que suponen un reclamo para los animales, quienes, al recolectarlos y consumirlos, dispersan las semillas por otras zonas.

   El resultado a largo plazo es la evolución de la masa forestal hacia formaciones más maduras y diversas. 

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