La agricultura y la ganadería españolas necesitan a las personas inmigrantes para poder seguir progresando y desarrollándose. La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos ha trasladado a la secretaria de Estado de Migraciones, Consuelo Rumí, la importancia de «hacer las cosas bien» para regular y controlar la mano de obra que demandan los agricultores para recoger sus cosechas: «Sin ellos y ellas no podríamos funcionar», aseguran.

Por eso, una delegación de la organización agraria UPA se ha reunido con la secretaria de Estado para trasladarle la necesidad de “trabajar activamente regulando y controlando” la llegada de personas inmigrantes a la agricultura española.

“Las cosas deben hacerse bien”, han explicado a Rumí los representantes de UPA. La agricultura española, sobre todo en provincias como Huelva, Almería, Granada o Murcia, tiene una alta demanda de mano de obra temporal en los momentos de cosecha. Sólo en Huelva, UPA prevé que este año se necesite a cerca de 20.000 personas para trabajar en la recogida de la fresa.

“Debemos evitar la falta de mano de obra del año pasado”, señalan desde UPA. Las cosas se pueden hacer mejor, aseguran, adelantando todo el proceso de apertura del contigente y realizando viajes a las zonas de origen de los trabajadores para hacer un proceso de selección. Los agricultores piden que se prime a personas que ya hayan venido en otras ocasiones, por su “experiencia y el interés que demuestran campaña tras campaña”.

UPA ha reconocido como «absolutamente prioritario» proteger a las trabajadoras de cualquier problema de tipo laboral, social o personal, como los casos de agresiones sexuales sufridos esta campaña. Los agricultores han propuesto un plan de formación para los capataces y capatazas que gestionan las fincas agrícolas para ayudar a evitar estos problemas.

Regulación y transparencia para proteger a un colectivo necesario

“Los inmigrantes son un colectivo imprescindible para la agricultura española”, han señalado desde UPA. “La realidad es que los agricultores publican ofertas públicas de empleo, con sueldos bastante por encima del salario mínimo interprofesional, y no es nada fácil cubrirlas. Desde luego con mano de obra sólo española, sería imposible”, explican. “Trabajar en el campo es muy duro y no mucha gente está dispuesta”.

La organización agraria ha pedido también a Rumí un plan de apoyo a la formación de las personas inmigrantes, como el que ya están desarrollando en Almería, Murcia y Huelva -con la financiación del Fondo Social Europeo- donde UPA ha formado a cerca 5.000 personas inmigrantes en situación regular en 10 años, con una inserción laboral del 60%, siendo los empleadores los propios agricultores.

UPA Almería también ha destacado la labor de apoyo que realizan a menores inmigrantes –la mayoría de ellos llegados en patera– para darles una formación básica en materia de riego, lucha biológica, regulación de temperatura o manejo de fitosanitarios y permitirles así acceder a un empleo en el sector agrario.

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