EFE.- Ocho días de incesantes lluvias han sumido a la empobrecida Centroamérica en una nueva tragedia que ya se ha cobrado más de 80 vidas, mientras hay un número indeterminado de desaparecidos y miles de personas han perdido casas y cultivos.

El mayor número de víctimas se ha registrado en El Salvador con 32, seguido de Guatemala con 29, Honduras con 13 y Nicaragua con 8, según datos oficiales confirmados este lunes, mientras que en Costa Rica y Panamá no se han reportado muertos, aunque sí personas evacuadas y casas, escuelas y vías de comunicación afectadas.

En general, los daños a las infraestructuras son millonarios, con carreteras y puentes bloqueados o destruidos, escuelas y viviendas dañadas o inundadas y cosechas perdidas, lo que hace prever días difíciles para una región de por sí bastante pobre.

Las precipitaciones comenzaron el pasado día 10 a causa de una depresión tropical en el Pacífico, y aunque su intensidad bajó en los últimos días en la mayor parte de la región, los suelos saturados de agua han generado aludes que han arrasado viviendas y carreteras y provocado la mayoría de los muertos y desaparecidos.

España anunció este lunes que enviará a El Salvador 20 toneladas de ayuda humanitaria, mientras que Estados Unidos informó que reparte en Honduras ayuda humanitaria valorada en 25.000 dólares.

En El Salvador, el presidente Mauricio Funes destacó "la magnitud del desastre" que afecta al país al dar cuenta de que sólo este fin de semana, el número de muertos se elevó en 24, para alcanzar los 32, mientras que los evacuados ya superaron los 20.000 y las viviendas dañadas las 10.000.

Los pronósticos meteorológicos salvadoreños indicaron que entre este lunes y mañana podría empezar a disiparse el temporal, que obligó a suspender el domingo la jornada del Torneo Apertura de Fútbol, así como un concierto del astro boricua Ricky Martín previsto para el martes, debido a que el recinto en el que se iba a celebrar es utilizado como albergue para los damnificados.

El Salvador fue declarado en estado de emergencia nacional el pasado viernes por Funes, quien también anunció que gestionaba 50 millones de dólares con el Banco Mundial para atender la situación.

En Guatemala, las brigadas de rescate buscaban este lunes a por lo menos cinco personas bajo toneladas de tierra en un municipio del sur del país, mientras siguen cayendo copiosas lluvias.

La Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred) ha dado cuenta de al menos 29 muertos, casi 30.000 damnificados y más de 147.000 afectados por las lluvias en Guatemala, declarada el domingo en "estado de calamidad" por el presidente Álvaro Colom.

Según el Instituto Nacional de Meteorología, las lluvias generadas por sistemas de baja presión tanto en el Pacífico como en el Atlántico tienden a alejarse de Guatemala, con lo que se espera que disminuyan en las próximas horas.

Por su parte, las autoridades de Nicaragua confirmaron este lunes la octava muerte a causa de las precipitaciones, así como la desaparición de una persona, y alertaron sobre el peligro que supone la crecida del nivel de las aguas del Lago Xolotlán o de Managua.

Nicaragua mantiene una alerta preventiva o amarilla en 12 de las 15 provincias del país, aunque son 14 las afectadas por los aguaceros de la última semana, que han afectado a unas 25.000 personas y obligado a la evacuación de 2.000 familias que permanecen en 95 albergues temporales en todo el país.

En Honduras, las autoridades han cifrado en 13 las víctimas y en 31.535 las personas afectadas por el temporal, que llevó al presidente Porfirio Lobo a decretar el estado de emergencia en el sur del país.

En Costa Rica, donde hay declarada una alerta preventiva, las inundaciones que afectan especialmente a la provincia de Guanacaste, en el Pacífico norte, han dejado incomunicados a varios poblados y hay unas 300 personas refugiadas en albergues.

Centroamérica es una de las zonas más vulnerable del mundo a los fenómenos naturales, y expertos ambientalistas han asegurado que los 11 eventos extremos más recientes debidos al cambio climático han provocado en los últimos años pérdidas valoradas en unos 13.600 millones de dólares en la región.

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