En el acto, el consejero destacó los esfuerzos en el control y lucha integrada de plagas a través de control biológico, biotecnológico y químico que ha realizado de forma conjunta el sector agrario, junto con la Administración regional y el sector privado, en beneficio de la seguridad de las producciones agroalimentarias y de asegurar la trazabilidad al consumidor.

   Cerdá aseguró que el uso racional de fitosanitarios “es uno de los éxitos de la defensa sanitaria de nuestros cultivos” y añadió que las nuevas directivas comunitarias “tienden a reducir las sustancias activas”, por lo que “es necesaria la búsqueda de soluciones y un empleo más eficiente de estos productos en su aplicación”.

   El consejero subrayó que “la existencia de plagas y enfermedades obligan a continuar trabajando en investigación para buscar alternativas de bajo impacto ambiental y con menos riesgos para el agricultor que consigan un control efectivo de los patógenos”.

   En este sentido, destacó los programas de divulgación y experimentación de métodos como el programa ‘Murcia, Agricultura Limpia, que ha permitido que la Región se adelante a la aplicación de la nueva normativa. Este programa se ha implantado en una superficie de más de 36.000 hectáreas, y ha permitido reducir en un 30 por ciento la aplicación de productos químicos.

   El responsable de Agricultura explicó que la normativa comunitaria de 1991 supuso la eliminación de un 60 por ciento de las sustancias activas disponibles y modificar las condiciones de uso de muchos productos autorizados, y añadió que la reciente directiva “propone nuevos retos y limitaciones de otros productos químicos”.

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