EFE.- El trabajo en el que se basó el fiscal Álvaro García Ortiz para llegar a estas cantidades fue realizado por un equipo de la Universidad de Santiago coordinado por la profesora María Loureiro, quien ha resaltado en una entrevista con Efe la importancia de contabilizar estas "cuestiones intangibles".

   Cuestiones intangibles que sí se han tenido en cuenta en los accidentes del Exxon Valdez o el Erika, ha recordado esta docente, puesto que, a pesar de una sentencia, estos aspectos sirven para reflejar mejor la realidad y la verdadera magnitud del daño.

   Pregunta: ¿Cuánto deberían a un gallego por los daños morales del hundimiento del Prestige?

   Respuesta: Moralmente le deben, como ciudadano, lo que estuviera dispuesto a pagar por evitar otro Prestige en el futuro.

   Considerando las diferencias regionales, pues en Galicia fue mayor, se estiman en 1.212 millones de euros para el conjunto de España y se ha llegado a esta cifra a través de una muestra representativa de la ciudadanía de 1.140 personas, que, en mayor o menor medida fueron impactadas.

   El daño moral ha sido muy importante, como se ha reflejado por ejemplo con la marea blanca de voluntarios y como indicaron la propia encuesta que realizamos y sucesivos estudios sociológicos del CIS.

   P: ¿Se ha estudiado este método para conocer daños morales en otros casos?

   R: También se ha utilizado por ejemplo en el caso del Exxon Valdez. Pero aquí por ejemplo, el Fidac, entre otros, se sorprendían. ¿Por qué incluimos daños morales? Pues porque existen y porque las leyes en España indican que se debe compensar por la totalidad de los daños, también estos daños intangibles.

   En el Exxon Valdez se tuvo en cuenta y se utilizó en el acuerdo económico entre la fiscalía y la petrolera para que no hubiera sentencia en términos de daños ambientales.

   Tenemos también más cerca el caso del Erika, donde se hizo un estudio, no tan extenso como el nuestro, en el que se tuvieron también en cuenta daños intangibles, como los de imagen. Se valoran porque existen. Perder la reputación es muy fácil, pero recuperarla es muy difícil.

   P: ¿Cómo se llega al global de 4.328 millones de pérdidas totales?.

   R: Convendría señalar que la sentencia no ha entrado a evaluar la pericial económica presentada por la Fiscalía. Al no haber encontrado culpables del hecho, las pérdidas no pueden ser resarcidas, al menos por esta vía.

   De todas formas, para determinarlas consideramos primero todos los costes llevados a cabo por la administración pública, el Estado, Municipios, Comunidades, etcétera, que se contabilizaron a precios expresados en unidades monetarias de 2011, junto con todos los demás servicios ecosistémicos o daños ambientales durante la catástrofe, relacionados, por ejemplo, con las pérdidas comerciales en las pesquerías, en agricultura, en el sector conservero, en el industrial, turismo, transporte, la asistencia sanitaria a los voluntarios y así sucesivamente.

   P: ¿Quién perdió ese dinero?, ¿se ha recuperado algo?

   R: Los afectados directos y la sociedad en general. Perdimos todos, porque en muchas ocasiones fueron servicios públicos los que se proporcionaron, subvenciones para que se siguiera con las actividades más básicas, y aún quedan muchas cosas por contabilizar, como los costes del propio proceso en A Coruña o el que se llevó a cabo en Estados Unidos.

   No se han incluido los daños que se arrastraron más allá de 2006, porque la pretensión de la Fiscalía era determinar claramente la relación de causa-efecto y en 2006 hubo una temporada intensa de incendios forestales que provocaron una gran erosión y ceniza que ahogó los bancos marisqueros, con grandes pérdidas, por eso se cortó la serie de datos en esa fecha.

   Por cautela y para que la relación con el Prestige se reflejara de la manera más nítida. Los 4.328 millones es un cómputo a la baja.

   P: ¿Qué otras partidas importantes han incluido?

   R: Las pérdidas de imagen fueron muy significativas e inicialmente están en el entorno de 200 millones hasta 2006.

   Puede parecer que la caída de capturas no conlleva pérdida de imagen, pero es preciso hacer un análisis más cuidadoso sobre la evolución de los precios de pescados y mariscos gallegos, que tras el Prestige cayeron de manera muy considerable.

   Antes, estos productos gallegos contaban con un prémium, un sobreprecio, por encima del 20 por ciento, y tras el Prestige se produce un punto de inflexión y una bajada de hasta el 20 y el 30 por ciento en algunas especies.

   P: ¿Cómo valora como ciudadana la sentencia por la que, en principio, los daños que ha cuantificado no serán recuperados?

   R: Debo ser prudente, por la vinculación de este trabajo con la labor de la Fiscalía, pero creo que puedo decir que la cuantificación de los daños es muy importante para que los ciudadanos valoremos correctamente las pérdidas de estos sucesos.

   Como ciudadana, me gustaría pensar que en materia de resarcimiento de daños esta sentencia no es el final y aún queda esperanza.

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