Estas bacterias presentan la capacidad de aumentar la biodisponibilidad de nutrientes presentes en el suelo para que de este modo los cultivos puedan asimilarlos; además, producen hormonas que estimulan el crecimiento de las plantas y favorecen el desarrollo de las raíces. Otra de sus ventajas es que incluso combaten a otros microorganismos del suelo causantes de enfermedades de las plantas.

Alternativa a la adición de fertilizantes y pesticidas convencionales

      El objetivo de los biofertilizantes es complementar y, en su caso, sustituir a los abonos químicos convencionales de forma que se pueda reducir su empleo, con el consiguiente beneficio económico y medioambiental. En este sentido, las bacterias empleadas en formulaciones biofertilizantes favorecen que las plantas absorban por sí mismas una mayor cantidad de nutrientes que si bien se encuentran de forma natural en la tierra, en ocasiones no pueden ser asimilados por las plantas al estar en formas insolubles.

     Por contra, los abonos químicos convencionales aportan al suelo elementos químicos que, si bien sirven como fertilizante, pueden acabar contaminando los acuíferos si no son aportados en las dosis y momentos oportunos.

    Por otra parte, las bacterias que contienen las formulaciones biofertilizantes compiten con otros microorganismos del suelo, pudiendo hacer más difícil la aparición de plagas para los cultivos, minimizando así el uso de pesticidas.

    Los investigadores de NEIKER-Tecnalia han aislado cepas bacterianas autóctonas pertenecientes a muestras de suelo y tejidos vegetales. Posteriormente, seleccionaron los mejores candidatos mediante análisis ‘in vitro’ y, en la actualidad, están realizando pruebas sobre cultivos de lechuga (escogida por su rápido crecimiento) en cámaras de crecimiento bajo condiciones controladas.

Una vía para reducir el uso de fertilizantes y pesticidas

     Este experimento, entre otros objetivos, pretende probar la capacidad de las bacterias con potencial biofertilizante y preparados biofertilizantes elaborados artesanalmente por agricultores locales frente a biofertilizantes comerciales y fertilizantes químicos convencionales, para aumentar la productividad en suelos pobres y, en concreto, combatir el impacto del patógeno Sclerotinia sclerotiorum, que afecta a las raíces.

     En el experimento también se testará la eficacia de otros fertilizantes orgánicos como el compost tipo bocashi, de origen japonés. El último paso consistirá en probar la eficacia de los biofertilizantes en condiciones reales de campo.

    La investigación de NEIKER-Tecnalia abre una vía de gran interés para reducir el uso de fertilizantes y pesticidas de síntesis química, que presentan riesgos medioambientales y suponen un importante coste económico para los agricultores.

(Foto: NEIKER)

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