EFE.- El proyecto de investigación se inició hace siete años y los patrones obtenidos hasta ahora serán registrados como variedades protegidas para ponerlas a disposición de los agricultores, con la ventaja de que resultarán más baratos.

Además, aquellos patrones que no sean híbridos podrán ser reproducidos por el propio agricultor.

Según el director del Imida, Adrián Martínez, "el problema de la denominada ‘tristeza del pimiento’, o Fitóftora, y los nemátodos, solían combatirse con bromuro de metilo, un fumigante que desinfectaba el suelo y permitía el cultivo ininterrumpido del pimiento en invernadero".

No obstante, añadió, "este fumigante fue prohibido por la Unión Europea, al igual que otros, por ser nocivos para la capa de ozono, lo cual planteó la necesidad de investigar para conseguir otras alternativas".

Según el investigador Alfredo Lacasa, jefe del Departamento de Protección de Cultivos del Imida, la obtención de estos nuevos patrones se ha conseguido mediante cruzamientos y selecciones de pimientos cultivados y pimientos salvajes, que luego han sido testados para comprobar su grado de resistencia.

Esta alternativa se suma a otras que el Imida también ha investigado para solucionar el problema de las citadas plagas, tales como la biofumigación, que supone el uso de estiércol, y la solarización, que requiere mantener el suelo sin cultivar durante los meses de verano hasta conseguir el efecto deseado.

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