Las dehesas, consideradas como pastos permanentes, han sido unas de las superficies más afectadas en la asignación de los derechos de pago básico en el 2015 tras la aplicación del Coeficiente de Admisibilidad de Pastos (CAP) sobre estas superficies. Una situación que ahora ha cambiado de cara a la PAC 2018 con la nueva definición de pastos recogida en el reglamento Omnibus.

La Unión de Campesinos de Castilla y León solicita y así lo ha hecho saber al Director General de Política Agraria Común, Don Pedro Medina mediante el envío de una carta, que proceda a realizar de oficio las correcciones oportunas para adaptarse a la nueva definición de pastos que contempla el Reglamento Omnibus, para que tenga efecto práctico entre los ganaderos de Castilla y León y aumente la superficie considerada como admisibles en los pastos de nuestra comunidad.

UCCL solicita la revisión de todas las superficies de pastos de oficio y se compense en parte el bajo valor de los derechos de pago básico

El daño a los profesionales agrarios ya fue realizado el primer año de aplicación de la PAC en 2015, cuando los ganaderos recibieron la asignación de los derechos de pago básico en función de los criterios del CAP, que supuso una reducción considerable tanto de la superficie admisible como de los derechos admisibles.

Por otro lado, en el caso de las dehesas, bosque mediterráneo formado por encinas, alcornoques u otras especies, con estrato inferior de pastizales o matorrales, de un gran valor medioambiental y donde la actividad del ser humado ha sido intensa destinados al mantenimiento del ganado, a la actividad cinegética y al aprovechamiento de otros productos forestales (leñas, corcho, setas, etc.).

A estas superficies en 2015 se redujeron su superficie porque consideraban que las copas de los árboles, una parte fundamental del bosque mediterráneo, no era pastable y por tanto el número de derechos de pastos asignados fue menor.

Por esto, ante la nueva definición de pastos de la CE, la UCCL solicita la revisión de todas las superficies de pastos de oficio que permita corregir las desigualdades generadas en el pasado y compense en parte el bajo valor de los derechos de pago básico asignados a los ganaderos de las dehesas, cuyo valor medioambiental es incalculable.

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