Durante la última década, la preocupación creciente sobre el agotamiento del petróleo y el calentamiento global han motivado numerosas investigaciones relacionadas con la producción de combustibles a partir de la biomasa.

    Esto es debido a que los biocombustibles pueden aportar mejoras ambientales en la reducción de gases de efecto invernadero que no se lograrían con la utilización del petróleo.

Producen un aceite utilizable


    Las algas pueden presentar numerosas ventajas, ya que se reproducen rápidamente, no requieren suelo agrícola y ni siquiera necesitan agua limpia o dulce para crecer, pero lo más importante es que producen un aceite que puede transformarse en combustibles del tipo del biodiesel, según Marcilla Gomis.

    El diseño de esta novedosa tecnología pretende subsanar las dificultades o inconvenientes que se han ido presentado a lo largo de los años con el uso de otros sistemas de cultivos similares.

    "El tema del cultivo de microalgas está teniendo un auge muy importante a nivel de investigación en los últimos quince años como energía alternativa al uso del petróleo", ha señalado.

    Sin embargo, ha aclarado Marcilla Gomis, el coste de producción de microalgas con fines energéticos "está todavía lejos de lo que sería un proceso rentable comparable con el del petróleo".

    "Eso no quiere decir que dentro de unos años sí que lo sea", ha opinado este investigador, quien ha destacado que multinacionales de EEUU y Asía están interesadas en posicionarse en este ámbito.

    Por ejemplo, en los Estados Unidos hay un proyecto en marcha, de carácter estratégico, cuyo objetivo es, precisamente, lograr combustible no proveniente del petróleo como fuente energética alternativa para el abastecimiento del transporte civil y militar, ha revelado.

Tanto para biomasa como para el sector farmecéutico y el cosmético


    Además de biomasa para producir biocombustibles, las microalgas se pueden emplear para lograr otras sustancias de gran valor industrial en distintos sectores, como el agroalimentario, el farmacéutico o el cosmético.

    En función de la especie cultivada se pueden obtener antibióticos, ácidos grasos poliinsaturados, enzimas, proteínas, vitaminas, triglicéridos o antioxidantes.

    Según fuentes de la UA, en la actualidad no existe ningún fotobiorreactor similar en el mercado, por lo que supone "una tecnología con grandes posibilidades de comercialización a nivel internacional".

    El grupo de investigación ha desarrollado un prototipo que está disponible para su demostración experimental.

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