EFE.- Así lo ha afirmado Marrero en un comunicado en el que se suma a la preocupación que han expresado los ganaderos de las islas por el alto precio de los cereales, que en lo que va de año han alcanzado "máximos históricos" que colocan a la alimentación del ganado "en valores inasumibles para las explotaciones isleñas".

Marrero ha advertido de que la subida de precios en los cereales crea una situación "insostenible" para los productores y ganaderos canarios, pero también tendrá repercusiones para los consumidores isleños.

"Hay que tener en cuenta que un incremento desmesurado del pienso para animales significa poner en peligro las explotaciones ganaderas canarias, que podrían verse obligadas a reducir sus producciones, como ya ha ocurrido en otras partes del Estado", ha indicado.

Ha añadido que esto "repercutiría en un desabastecimiento de productos derivados del ganado que, a su vez, tendrá que ver con una indeseada subida de los precios de la carne para el consumidor final".

En cuanto a la leche, los ganaderos están viendo cómo se les paga la producción al mismo precio que antes de la crisis de los cereales, con lo que, una vez más, se pone en peligro a las explotaciones canarias, ha advertido.

Todo ello se agrava por la imposibilidad de poderlo repercutir en el precio de venta de productos básicos, como son la leche, huevos, carne y sus derivados, ha indicado.

Samuel Marrero explica que este alza en el precio de los cereales se debe a factores como los problemas en las cosechas en algunos países pero también, y fundamentalmente, a la especulación en el mercado de materias primas, que no tienen en cuenta que sus decisiones afectan no sólo a la producción animal, como es el caso de las islas, sino directamente a la carestía de los alimentos.

Marrero ha indicado que la previsión que hace la Asociación Española de Técnicos Cerealistas es que la producción de cereales en el mundo este año descenderá un 3,8 por ciento mientras que el consumo subirá un 1,4 por ciento respecto al año anterior.

Ha precisado que esto significa una reducción de las reservas de cereales, que repercute en los precios -que seguirán al alza-, al menos hasta que se conozcan las previsiones de las cosechas de verano.

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