El estudio, publicado por la Revista de Toxicología, detectó un 41,2% de casos positivos, de los que un 40,8% correspondieron a animales y un 52,6% a cebos.

   La detección del tóxico llegó a ser del 71,4% en el caso de los carnívoros domésticos, lo que en opinión de los investigadores indica su utilidad como centinelas del uso del veneno en el medio natural.

   Además, el 78,3% de los animales que dieron positivo a los análisis toxicológicos practicados fueron considerados intoxicaciones intencionadas.

   Según el estudio, las aves rapaces diurnas fueron el grupo más afectado por las intoxicaciones, el 43,6% del total de animales positivos, seguidos de los mamíferos carnívoros (27,1%).

   Respecto a los tóxicos más detectados fueron, por este orden: los insecticidas anticolinesterásicos, con una presencia del 80,4% en cebos y del 65,8% en animales; los rodenticidas anticoagulantes (5% y 19,6%, respectivamente), la estricnina (2,2% y 6,5%, respectivamente) y el arsénico (4,5% y 2,3%, en cada uno de los casos).

   De las diferencias observadas entre comunidades autónomas destaca la mayor aparición de intoxicaciones por estricnina en Asturias, rodenticidas anticoagulantes en Castilla y León, insecticidas organofosforados en Aragón, insecticidas carbamatos en Castilla-La Mancha y Madrid, y la aparición de otros venenos, como á-cloralosa o barbitúricos en Cataluña.

   Por último, el estudio concluye que el 82,3% de las intoxicaciones intencionadas fueron debidas a anticolinesterásicos y el 85,5% de las accidentales a rodenticidas anticoagulantes.

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