EFE.- Según el Gobierno, el país andino cuenta actualmente con unos 9,6 millones de hectáreas de bosque primario, de las cuales 4,5 millones se encuentran en el Sistema Nacional de Áreas Protegidas.

Mediante Socio Bosque, que cuenta con tres años de existencia, se espera cubrir 4 millones de hectáreas más, de propiedad privada, con lo que quedaría "un remanente de un millón de hectáreas", afirmó Lascano.

La Organización para la Alimentación y Agricultura de la ONU (FAO) estima que Ecuador pierde cada año casi 200.000 hectáreas de bosque, en base a datos de satélite de 2000, frente a la cifra oficial de 62.000 hectáreas , aunque Lascano admitió que la destrucción real podría alcanzar las 70.000 hectáreas anuales.

En todo caso, Ecuador se encuentra entre los países con mayores tasas de desforestación de América Latina y el programa Socio Bosque es una de sus principales bazas para contener el fenómeno.

El programa cuenta actualmente con casi 4 millones de dólares para los incentivos que paga a los propietarios de tierras, que en algunos casos, como las comunidades indígenas o los colonos, disponen de pocos recursos.

"Tratar de tener una conservación sostenible al lado de la miseria es imposible e inhumano, por eso la gente debe percibir un beneficio que mejore su nivel de vida por la conservación", opinó, acerca de Socio Bosque, el presidente de Ecuador, Rafael Correa, en una rueda de prensa en septiembre.

Para el director ejecutivo en Ecuador de la ONG Naturaleza y Cultura Internacional, Renzo Paladines, el proyecto es "interesante" pero "se encuentra en un punto muerto".

Según explicó a Efe, para formar parte de Socio Bosque se requiere un título de propiedad, del que carece la mayoría de colonos que invadieron tierras, ya que el proceso para su obtención es "muy tedioso" y supone pagar una tasa, además de que una vez formalizada la posesión, deben abonar anualmente un impuesto "bastante alto".

Socio Bosque paga al año entre 4 y 15 dólares por hectárea conservada a los propietarios, según la extensión de terreno que posean, aunque en algunos casos, como en predios comunitarios o páramos, puede aportar hasta 60 dólares por hectárea.

Según Paladines, esta cifra serviría para "compensar el impuesto" y obtener "alguna ganancia".

El éxito o fracaso del programa dependerá también del precio de la madera, con la que se puede ganar mucho más.

Entre las más caras está la caoba, que se vende a 3.000 dólares el metro cúbico, o el romerillo, cuyos tablones (3 metros de largo por 20 cm de ancho y 4 cm de grosor) se cotizan en el mercado a unos 20 dólares, según los expertos.

En un caso reportado por Paladines, un campesino del sur del país extrajo de su propiedad unos 8.000 tablones de romerillo, al precio estimado de unos 3-4 dólares por tablón para el productor.

En las maderas más comunes el precio final por tablón oscila entre los 2 y los 4 dólares.

Para asegurar la continuidad del proyecto, algunas de estas forestas podrían entrar en el programa REDD (Reducción de emisiones por deforestación y degradación de bosques), por el cual los países avanzados aportan fondos para la conservación de bosques en naciones en desarrollo y reciben a cambio "bonos de carbono", que les ayudan a cumplir sus compromisos de reducción de emisiones.

Según Lascano, de prosperar esta iniciativa Ecuador podría recibir hasta 150 millones de dólares, que permitiría "garantizar el incentivo (a los propietarios) por años" y "financiar todo el esquema Socio Bosque".

En cambio, la encargada de bosques de la ONG Acción Ecológica, Natalia Bonilla, alertó de que medidas como ésta implican la "pérdida de soberanía sobre los bosques".

"Con Socio Bosque se intenta controlar una extensa cantidad de bosque que está en territorios indígenas, y no sé si la medida es de conservación o de mercado", dijo a Efe la activista.

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