En cualquier caso, lo cierto es que los agricultores apenas han podido sembrar algo de avena durante unos diez o doce días del mes de octubre. Los demás cerealistas esperan que la tierra se seque para poder trabajar en condiciones óptimas. Y es que, el campo tiene su propio reloj biológico, con fechas señaladas para cada labor. “La siembra de cereales se puede hacer hasta final de diciembre en secano y hasta mediados de enero en regadío, pero el exceso de agua está impidiéndolo”, aclara Baldomero Bellido al tiempo que recomienda que no se abuse de siembra sobre terreno húmedo, pues el suelo se endurece al secarse y las probabilidades de que el cultivo se desarrolle con éxito son menores.
   En la provincia, recuerda el técnico de Asaja Málaga, hay cerca de 70.000 hectáreas de cereales y este año aún no se sabe cuántas de ellas se sembrarán si finalmente se cumplen las previsiones de lluvias para los próximos días.
   Una consecuencia directa del retraso en la siembra es la disminución de la contratación de seguros de este cultivo. Ante este hecho, Asaja Málaga recomienda a los agricultores que aseguren las hectáreas que tenían previstas sembrar y si posteriormente el tiempo impide la siembra, dar de baja la superficie no sembrada.
   En cuanto al frío que azota a la provincia con intensidad, Bellido asegura que éste no afecta a los cultivos en marcha, ya que las temperaturas han descendido de forma paulatina y “éstas son las propias del otoño”.
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