También analizará su adaptación al cambio climático, los principales parámetros agronómicos y enológicos de los clones, su adaptación al estrés hídrico y al aumento de las temperaturas, sobre todo en la fase de la maduración de la uva.

     Destacó la importancia de este proyecto, dado que, según sus datos, el sector vitivinícola europeo se enfrenta a varios retos, como el hecho de que el cambio climático afecta al equilibrio de la vid en la tierra y la incidencia de patógenos presentes la viña, hacen necesario desarrollar métodos de producción agrícola ecológica.

     También se refirió a que el consumo sostenible, el cambio de perfil en términos de producto y consumo, el crecimiento de la oferta global y la disminución del apoyo público han afectado a este sector, "debilitando" los resultados aportados a la economía general durante otros ejercicios.

     Por ello, cree que, en este contexto, el sector del vino ha decidido impulsar su competitividad hacia la sostenibilidad e Innovine Europea forma parte de esta iniciativa.

     Entre sus objetivos figura desarrollar prácticas agrícolas, como el manejo de la canopia, el riego y la fertilización, capaces de maximizar la calidad de las uvas en un ambiente fluctuante, como epidemias y resistencia al clima.

     Explotar el conocimiento proporcionado por el Genoma Europea y esfuerzos internacionales para mejorar y diversificar las variedades de vid adaptado a estas nuevas prácticas vitícolas es otro de sus objetivos.

     Además, desea desarrollar herramientas de apoyo de decisiones para facilitar el trabajo de los agricultores, teniendo en cuenta la especificidad de los viñedos europeos y sus bodegas.

    Este proyecto desea contribuir a conciliar los avances científicos, el desarrollo tecnológico y las aplicaciones industriales al servicio de la viticultura sostenible, ha subrayado Provedo, líder nacional en la producción de plantas de viña, frutales y olivos.

    Esta empresa, que tiene su sede central en Logroño, con una sucursal en Extremadura y otra en Castilla-La Mancha, produce unos cuatro millones entre plantas de viñas, olivos y frutales y parte de ellos se exportan, sobre toldo, a Turquía, Marruecos y Portugal.

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