El movimiento se demuestra andando y Ecologistas en Acción mantiene un rebaño de ovejas de la raza autóctona Churra Lebrijana, Las Biosegadoras, que ayudan a la conservación de praderas del parque de San Jerónimo en Sevilla, para demostrar la capacidad de las ovejas como colaboradoras en la conservación de praderas en parques urbanos evitando así la contaminación acústica, atmosférica y química que generan los tratamientos tradicionales.

La churra lebrijana se encuentra en peligro de extinción y con el proyecto contribuye a salvaguadar la raza, ofreciendo borregos a ganaderías familiares que se comprometan a su conservación. El rebaño inicial procede de una cesión de la Diputación de Sevilla. La causas de la desaparición de la raza es doble, por un lado la pérdida de su hábitat específico de cría, las marismas del Guadalquivir, y por otro la inadaptación a los procesos de intensificación que vienen dándose en la producción ganadera, en la que razas rústicas muy bien adaptadas a su entorno pero con escasa capacidad productiva en régimen intensivo tienen poco futuro.

Las ovejas son silenciosas y no contaminan la atmósfera, frente a las ruidosas desbrozadoras, aventadoras y demás maquinaria de jardinería, con  sus deyecciones abonan con materia orgánica la pradera, evitando el uso de fertilizantes químicos que contaminan los suelos y las aguas subterráneas. También son un buen reclamo para las visitas al parque, integrando el ganado en la ciudad de la que fue apartado hace tiempo, siendo las niñas y niños las que más impactadas quedan cuando ven ovejas en semilibertad en el parque de al lado de casa.

La organización ecologista reconoce que la integración de la ganadería en el medio urbano no es fácil, su gestión precisa de personal cualificado en su manejo, no son máquinas que se encienden y apagan a voluntad, pero aportan activos para la educación ambiental y favorecen el contacto con la naturaleza, tan importantes para las habitantes del medio urbano, por lo que no habría que desdeñar su uso. Iniciativa parecida pueden ya verse en París, Boston, Chicago, Fidadelfia …

Desde Ecologistas en Acción esperan que la práctica en el manejo para el mantenimiento de estas dos parcelas pueda servir de experiencia para generalizar su uso en espacios en los que se den las condiciones adecuadas. Praderas con escaso uso público e incluso solares en los que  se desarrollan grades cantidades de vegetación espontánea, pueden ser controladas por las ovejas sin tener que recurrir a medios más costosos o dañinos como el desbroce mecánico o aún peor el tratamiento con herbicidas.

Además si se usan como es el caso, razas autóctonas en peligro de extinción, el beneficio es innegable, reconvertiendo las funciones de estos ganados que la industrialización e intensificacción de la ganadería ha ido dejando fuera de juego. Además, nuevos usos como la producción de lana para la bioconstrucción pueden ser alternativas interesantes a la hora de promover las cría de estos  animales que se alimentan de hierbas y restos de podas que son considerados residuos a eliminar en la jardinería urbana convencional.

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