Serra ha hecho referencia a algunos ejemplos muy positivos de innovación agraria como el caso del regadío andaluz, que ha modernizado el 80% de su superficie total y cuenta ya con más de 800.000 hectáreas con sistemas de riego localizado, lo que ha permitido reducir sustancialmente el consumo de agua; o el caso de los cultivos integrados, un método de producción que se ha desarrollado fundamentalmente en España y en Andalucía y que permite mantener la productividad con los máximos parámetros de calidad y sostenibilidad.

Europa puede quedarse descolgada "dando la espalda a las nuevas tecnologías"

    No obstante, tal como ha recordado Serra, Europa puede quedarse descolgada si la UE y los Gobiernos de los estados miembros continúan dando la espalda a las nuevas tecnologías que ya están ampliamente extendidas en el resto del mundo. Así, mientras la productividad de la UE desciende progresivamente la de EE.UU. Japón, Brasil, Canadá y el resto de nuestros competidores se incrementa, puesto que han apostado por poner la ciencia al servicio de la agricultura.

    Entre los obstáculos que impiden el avance de la innovación agraria en la UE el presidente de ASAJA-Sevilla destacó la burocracia creciente y el caos normativo, el uso desproporcionado del principio de precaución y la complejidad de los procedimientos, lo que está provocando la fuga de empresas tecnológicas que han trasladado sus centros de investigación fuera de la UE.

    En esta misma línea, Serra instó a las instituciones dedicadas a la investigación agraria a mirar más hacia el agricultor y hacia sus necesidades, por desgracia todavía se programan y se financian con mucha frecuencia investigaciones sobre cuestiones que no son muy necesarias o tienen poca aplicación práctica en el campo y se olvidan aquellas que son de verdadero interés para mejorar la productividad agraria.

     El presidente de ASAJA-Sevilla sostuvo que la tecnología es nuestra mejor aliada y citando a la FAO afirmó que “incrementar la productividad de la agricultura es impulsar la sostenibilidad”. Asimismo Serra recordó que además de mejorar la productividad la agricultura europea tiene varios retos pendientes: desarrollar las proteínas vegetales para evitar la excesiva dependencia de producciones foráneas, mejorar la seguridad de la maquinaria agrícola, gestionar los gases de efecto invernadero de la ganadería y adaptar las explotaciones al cambio climático. 

Cambiar la percepción de la ciudadanía sobre los avances científicos en el sector

     Serra concluyó pidiendo una reflexión al auditorio sobre el hecho de que la opinión pública europea no tenga una percepción  correcta de lo que puede aportar una agricultora moderna basada en la ciencia, y lamentó que aún haya organizaciones que intenten sembrar el escepticismo en una sociedad que defiende los avances tecnológicos en el ámbito médico o de la información pero no entiende las implicaciones positivas de la tecnología aplicada a la agricultura, por lo que exhortó a trabajar por consolidad una cultura de la innovación basada en la ciencia, y no en los prejuicios.

     El Comité de Organizaciones Profesionales Agrarias de la UE (COPA) que integran más de 50 organizaciones agrarias de los 28 países miembros de la UE y representa a 26 millones de agricultores ha sido el organizador de este Congreso con el que se han intentado explorar las fórmulas para impulsar la competitividad de la agricultura europea.

      En el encuentro han intervenido además el comisario de Agricultura y Desarrollo Rural de la Unión Europea, Dacian Ciolos, el ministro italiano de Agricultura y presidente en ejercicio del Consejo de ministros de Agricultura de la UE, Maurizio Martina, el presidente de la Comisión de Agricultura de Desarrollo Rural, Czeslaw Siekierski.

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