EFE.- Del árbol a la mesa o a la despensa en forma de mermelada, confitura, relleno de bollería, pastelería tradicional, helado, orejones caramelizados y licor, entre otros usos, o como simple fruta al natural o incluso en almíbar.

Esa es la idea que inspira el nuevo curso sobre el aprovechamiento del albaricoque para la elaboración de productos derivados, organizado este lunes y martes en colaboración con el Servicio de Extensión Agraria del Cabildo de Gran Canaria, según ha informado el Consistorio en un comunicado.

Al curso asisten una treintena de vecinos vinculados al sector agrícola, pero también una docena de alumnos que se forman en el taller de empleo Nutriserv, impulsado por el Ayuntamiento para abrir una vía laboral en los ámbitos de la alimentación y el turismo.

La iniciativa está vinculada al plan de recuperación socioeconómica de este cultivo frutal que la Concejalía de Agricultura inició el año pasado a través de distintas iniciativas con ayuda del Cabildo.

El Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana produce unas 350 toneladas anuales de albaricoque, el 90 de ellas de cinco variedades: Currot tardíos y mayeros, Sayeb, Canino Carricera y Rojo tardío.

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