EFE.- "Quiero que los niños de municipios papicultores de Colombia tengan más oportunidades para alimentar sus sueños. Invito a todos a comer más papa y que nos unamos por nuestros campesinos", dijo ayer a Efe el deportista de 23 años.

   Quintana, que conoce la actividad porque la ejerció en algunos momentos de su vida en su natal Cómbita, en el departamento de Boyacá (centro), considera que si hay más consumo, los campesinos que se dedican a esta actividad tiene más oportunidades para mejorar sus ingresos y subir el nivel de vida de sus familias.

   La semana pasada, el Ministerio de Agricultura presentó una iniciativa para aumentar el consumo del tubérculo y de esta forma ayudar a los cultivadores que no ven rendimientos económicos en su actividad.

   La campaña "Ser buena papa", que coloquialmente quiere decir en Colombia ser buena gente, se desarrollará durante los próximos meses en todo el país.

   Aunque aclara que no es un experto en el tema de la comercialización, Nairo considera que buena parte del problema es que no hay suficiente consumo, también que los gastos de producción son altos, los créditos bancarios para los campesinos resultan muy onerosos y también el contrabando y los bajos precios del producto.

   El campesino, dijo el ciclista de Movistar, busca que su trabajo sea reconocido y que le provea una forma de vivir digna.

   Por su lado, el gerente de la Federación Colombiana de Cultivadores de Papa (Fedepapa), Juan Daniel Pérez, señaló a Efe que el gremio pasa por una época difícil porque los cultivadores sufren los rigores de la competencia con otros alimentos como el arroz y las pastas.

   Recordó que en el país se siembran unas 130.000 hectáreas del tubérculo que arrojan una cosecha de 2,7 millones de toneladas al año.

   A veces, dijo, hay sobreproducción y a esto se le suma que ahora el consumo per cápita es de 60 kilos por año, cuando hace algún tiempo era de 75 kilos. En Perú, el consumo per cápita es de unos 80 kilos por año, agregó.

   Pérez señaló que Fedepapa busca desarrollar, en cuatro años, un plan que beneficie a 40.000 de las 90.000 familias que devengan su sustento de esta actividad.

   Con ese propósito se buscará tecnificar los cultivos, mejorar la cadena de producción y comercialización, generar valores agregados al producto y aumentar el consumo.

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