Todavía no hay Gobierno en España, aunque ya se le espera a diferencia de hace unos días, y Mariano Rajoy y sus actuales ministros en funciones ya empiezan a saber lo que les va a esperar la próxima legislatura. La Comisión de Agricultura del Congreso de este miércoles 19 ha sido un claro ejemplo. Tanto que la titular en funciones, Isabel García Tejerina, ya habrá podido tomar buena nota (o se lo habrán contado, ya que no estuvo presente) de lo que le espera cuando repita como ministra.

En una sola mañana la mayoría de la oposición le ha obligado a ‘cambiar’ la mitad de las normas que ha impulsado la pasada legislatura o, por lo menos, las más representativas y candentes, como su intento de poner freno y endurecer la venta a pérdidas, impulsar nuevas medidas de apoyo al sector lácteo o rechazar el acuerdo entre la UE y Sudáfrica por el tema de los cítricos.

Y es que se venía hablando desde hace tiempo que si el PP se mantenía en el Gobierno iba a tener que lidiar con una oposición que es mayoría en el Congreso y que iba a ejercer su poder para impulsar determinadas medidas.

Pero que nadie se llame a engaño. Una cosa es que el Gobierno, hasta ahora, decidiera algo y lo aprobase (sólo cabe recordar cómo incluyó un recorte de las ayudas a los partidos políticos dentro de la normativa de los piensos del ganado) y otra, muy distinta, que la oposición pueda acabar imponiendo lo que desee al Gobierno. Por eso, este miércoles se habrán ‘cambiado’ muchas normas del Magrama, pero pocas acabarán siendo efectivas no ya a corto plazo, sino a medio, porque si la oposición tiene votos para imponer sus criterios, el Gobierno tiene poder para ralentizarlos.

Sin embargo, la reunión de la Comisión ha servido para dos cosas: Que, por ejemplo, Isabel García Tejerina ya sepa lo que le va a esperar esta legislatura si sigue el frente del Magrama. Y que las organizaciones agrarias van a hacer mucho pasillo en el Congreso para conseguir que los partidos se hagan eco de sus peticiones para el sector agrario y ganadero. Aunque al final sólo sea eso: un eco. Aunque mientras se oiga…

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