Guillem ha destacado que el negocio en torno al té ha supuesto la creación de "numerosos puestos de trabajo", y ha vaticinado, además, "un gran recorrido" del mismo.

     El divulgador científico Manuel Toharia ha intervenido en el encuentro, y ha realizado una revisión de los diferentes tipos de té, sus familias y la diferenciación entre las diversas clases existentes en los mercados. Entre otros, ha advertido de que en un té "influye más la temperatura del agua que la forma en sí".

     El presidente de la empresa Guzmán S.A., Fidel García-Guzmán ha trasladado a los asistentes al seminario que "los valores de la empresa son aplicables a su vida, sin importar lo que elijan ser, médicos, empresarios o científicos".

     Guzmán S.A. se dedica a la distribución de materias primas, entre las que se encuentra el café, "segunda materia prima o commodity más comerciada en el mundo después del petróleo", según García-Guzmán.

     Según ha expuesto, Vietnam es el país desde el que más café se importe a España hoy en día, "aunque la preponderancia la tenga todavía Brasil".

     "Además, España, que se abrió al comercio libre a partir de 1975, ha multiplicado por cuatro sus importaciones en los últimos 40 años, según los últimos estudios", ha dicho, y ha instado a los asistentes, en su mayoría universitarios, a "ser inconformistas, emprendedores y tener olfato para adelantarse a la competencia".

Voz de alarma sobre las bebidas energéticas


     Por su parte, el profesor de Nutrición y Bromatología y vicedecano en la Facultad de Farmacia de la Universitat de València, Juan Carlos Moltó, ha hablado de las bebidas energéticas, y ha ofrecido datos "alarmantes" sobre las mismas.

     Así, ha destacado que el inicio del consumo de estas bebidas entre niños de 3 a 10 años es de hasta un 16%, "porque son muy accesibles, económicas y para los padres resulta a veces muy difícil controlarlas".

     En su opinión, el consumo debería ser esporádico y "en adolescentes hasta los 18 años no es recomendable que comiencen a beberlas".

     Se ha referido a los últimos estudios europeos encargados por la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria al respecto, según los cuales "el 63% de los adolescentes entre los 10 y los 18 años consume habitualmente este tipo de bebidas energéticas", y ello "puede acabar en una habituación que convendría evitar" por su "hábito, no adicción, y sus síntomas de abstinencia muy concretos como dolores de cabeza".

     También ha alertado sobre el azúcar presente en estas bebidas y ante el "evidente engaño de los que dicen llamarse productos light: si son light, ¿qué aportan si ya no tienen el azúcar necesario para producir energía?".

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