EFE.- El Pleno de la Comisión de Desembalse de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) se ha reunido hoy para analizar la situación de la cuenca, en la que la práctica totalidad de los sistemas han alcanzado la normalidad según los índices de sequía, apuntan fuentes del organismo en una nota.

Estos índices de sequía, definidos en el Plan de Actuación en Situación de Alerta y Eventual Sequía del Ebro, recogen que actualmente están en situación de normalidad la mayoría de los sistemas no regulados, es decir, aquellos que no tienen embalses o los tramos situados aguas arriba de éstos, exceptuando las entradas a los embalses de Cueva Foradada (Teruel) y Oliana (Lérida), en prealerta, y las aportaciones al Jalón y Jiloca, en alerta.

En lo que respecta a los sistemas regulados, muchos de ellos ya en plena campaña de riegos y por consiguiente con mayores consumos, están en una situación prácticamente normalizada.

Ningún sistema está en emergencia y en alerta se encuentran las reservas de La Tranquera y Maidevera; de Moneva, y de Cueva Foradada, mientras que en prealerta se sitúan las reservas de las Torcas; Caspe y Mequinenza; Pena; Santa Ana, Canelles y Escales, y los afluentes al Ebro.

Las citadas fuentes apuntan que la abundancia de precipitaciones desde el comienzo del año hidrológico, y especialmente durante los tres últimos meses, han situado el volumen de agua embalsada por encima de las medias de los últimos cinco años.

La precipitación media acumulada en la cuenca del Ebro entre octubre de 2012 y marzo de 2013 es de 388 litros por metro cuadrado frente a los 230 de los últimos once años.

Las reservas están actualmente al 77,5 por ciento, lejos del 59,8 por ciento de esta misma fecha en 2012, a lo que se unen las reservas de nieve existentes en las cabeceras, principalmente de la cuenca cantábrica y del tercio central de los Pirineos.

Desde la CHE recuerdan que hace un año las reservas de agua estaban, de media, en situación de alerta y de emergencia, reflejo de una situación de sequía prácticamente generalizada.

En abril de 2012 el volumen de agua embalsada era de 4.486 hectómetros cúbicos frente a los actuales 5.803.

En la reunión se han recordado los tres episodios de crecidas registrados el último semestre, del 14 de enero al 20 de febrero, del 28 de febrero al 5 de marzo, y del 28 de marzo al 3 de abril.

En este sentido, se ha destacado el efecto de laminación realizado por los embalses que permitieron reducir los volúmenes circulantes en el eje del Ebro y, de hecho, se estima que en la primera crecida los embalses de Yesa e Itoiz redujeron el caudal del Aragón en Sangüesa de 1.800 a 900 metros cúbicos por segundo, y del Ebro en Castejón de 3.300 a 2.300.

En la sesión plenaria también se ha hecho público el acuerdo alcanzado en el sistema Najerilla, Iregua y afluentes del Ebro para impulsar la mejora de las infraestructuras, revisar las concesiones y mantener la petición de caudales al embalse de El Val para riego.

Respecto a la calidad de las aguas, la Red de Control de Plaguicidas 2012 no ha detectado ninguna novedad reseñable.

También se ha informado del inicio de la descontaminación del embalse de Flix, sin que se hayan detectado incidencias en la calidad de las aguas, y del control del Gállego aguas abajo de Sabiñánigo, donde los altos caudales han favorecido que no haya incumplimientos.

Como de la vigilancia en Miranda de Ebro por episodios de contaminación y la intervención en el Iregua para investigar la causa de malos olores y sabores en el abastecimiento a Logroño.

Además, aunque no se ha podido evaluar aún el grado de eliminación de las plantas acuáticas, se ha destacado que las últimas crecidas han removido el lecho fluvial y arrancado gran parte de los macrófitos que habían proliferado en los últimos años.

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