Investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) y del Swiss Federal Research Institute han publicado un artículo en el que proponen un protocolo para que la PAC aumente el efecto positivo de la agricultura en la conservación de la biodiversidad europea, donde se incluyen medidas como usar menos plaguicidas, plantar setos entre las zonas de cultivo o dejar algunas áreas de campo abierto.

El protocolo, publicado en el Current Landscape Ecology Reports evalúa las medidas adoptadas para poder corregirlas en función de su efectividad. Así, establece objetivos explícitos en función de las problemáticas detectadas en cada área, vinculando las ayudas en función de que cumplan los objetivos marcados.

El investigador del MNCN Mario Díaz ha señalado que el protocolo busca lograr que la normativa encargada de proteger la biodiversidad del impacto que supone la agricultura intensiva sea más efectiva.

Menos plaguicidas, plantar setos entre los cultivos, dejar algunas áreas de campo abierto… «sólo como primer paso»

En este contexto, recuerda que hasta 2014, la PAC basó sus esfuerzos en asegurar una agricultura compatible con la conservación de la biodiversidad en las medidas agroambientales, que son «básicamente» contratos voluntarios con los agricultores interesados.

Si bien, tras la reforma de 2016, la PAC incluye medidas obligatorias para asegurar que sus ayudas económicas sólo lleguen a quienes cultivan siguiendo normas que protegen la biodiversidad. De momento no se ha podido evaluar la efectividad de la nueva etapa de la política agraria europea, pero sí existen análisis sobre los factores que condicionan la efectividad de las medidas de aplicación voluntaria.

PAC BIODIVERSIDAD 2Así, explican que como norma general estas medidas son efectivas en el aumento de la biodiversidad, pero los resultados están condicionados de manera compleja por la estructura del paisaje agrario y por la intensidad de las propias medidas.

De este modo, Díaz ha explicado que los científicos, basándose en el conocimiento y la viabilidad de las acciones voluntarias, han desarrollado un protocolo de diseño, evaluación y mejora de la PAC para alcanzar su objetivo de protección de la biodiversidad.

Por ejemplo, ha señalado que para establece objetivos en función de cada área y considerar las medidas concretas que hay que tomar según el análisis previo (usar menos plaguicidas, plantar setos entre las zonas de cultivo, dejar algunas áreas de campo abierto, etcétera..) es «sólo el primer paso».

El protocolo aboga por que las políticas que se apliquen deben decidirse teniendo en cuenta las características del paisaje y las problemáticas concretas y por hacer un seguimiento una vez que se están aplicando.

«Lo más importante es establecer un protocolo riguroso de evaluación de la efectividad para corregir las acciones si no dan los resultados esperados o mantenerlas si están funcionando bien», ha concluido.

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