Los resultados del trabajo mostraron dos periodos críticos, el de los días 29 a 35 previos a la recogida de semen, coincidente con la meiosis I (división celular) y el comprendido entre los días 7 a 14 previos a la recogida de semen, correspondiente con las etapas tardías de la meiosis II y el inicio de la maduración epididimaria (testicular).

    De esta forma, los investigadores observaron cómo una exposición a altas temperaturas, en concreto los meses de verano en Castilla-La Mancha, produce un aumento significativo de daño del ADN de los espermatozoides, "lo que se podría traducir en una reducción en la fertilidad de los animales", han indicado los investigadores de la ETSIA de Albacete.

    Asimismo, estos resultados demostraron que existía una respuesta diferente al estrés por calor en función del genotipo de los animales.

    Así, los machos portadores de un determinado genotipo presentaron mayores niveles de roturas en el ADN de sus espermatozoides, lo que hace a estos animales más susceptibles a ambientes con altas temperaturas, según señalan los autores del trabajo.

    Los resultados derivados de esta investigación se pueden aplicar de forma directa, ya que la caracterización del genotipo para el gen HSP90AA1 podría permitir la selección de animales resistentes a las altas temperaturas ambientales, con buenos rendimientos reproductivos en condiciones adversas de temperatura y humedad.

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