EFE.- Distintos productores de aceite de oliva virgen extra buscan popularizar las catas entre sus consumidores, como una forma más de disfrutar de este producto y aprender a apreciar sus cualidades.

En declaraciones a Efeagro, el director de la Fundación de la Denominación de Origen Montes de Toledo, Enrique García Tenorio, ha subrayado que "las catas tendrían que ser más habituales y la gente debería acostumbrarse a valorar los distintos tipos y calidades de los aceites, para valorar cuáles son los que prefiere personalmente".

El aceite de oliva virgen extra, ha recordado, es "el único producto alimenticio del mundo" que, tras un cuidado proceso de elaboración, precisa pasar por un panel de cata para detentar su categoría comercial.

En estos controles "el catador debe funcionar como una máquina o instrumento de medida" y limitarse a detectar defectos de elaboración.

Ha añadido, que lo que ahora se están poniendo de moda son las catas "por el simple placer de disfrutar del aceite".

Y no sólo en España, sino en otros países como Japón, China y Estados Unidos, donde "les sorprende y entusiasma aún más", ha asegurado.

Antes de la cata, el aceite debe estar a unos 28 grados, una temperatura que se puede obtener calentando simplemente la copa con la mano.

Solo así se conseguirá que, cuando se gire la copa para empaparla, se evaporen los aromas que permiten apreciar si el aceite cuenta con algún defecto de elaboración, y dedicar más atención al frutado, el conjunto de olores y sabores que recuerdan a la aceituna.

Dentro de esta "variedad infinita de aromas", ha enumerado García Tenorio, hay desde "tonalidades verdes que nos recuerdan a la hierba y a frutos más verdes, hasta aceites más maduros que nos pueden evocar otras frutas, desde el tomate hasta el aguacate o la manzana".

Y, después de olerlo, prosigue García Tenorio, "se pasa el aceite a la boca", donde se distinguirán sus sabores básicos: el amargo, el dulce y el picante.

El director de Montes de Toledo ha afirmado que el aceite "siempre debe tener un toque de amargo y de picante que indicará que cuenta con un alto contenido en polifenoles, es decir, en antioxidantes".

No basta con paladearlo; García Tenorio recomienda que se trague un poco, pues solo a través de la vía retronasal pueden llegar aromas que nos indiquen que el aceite no es correcto.

Así es posible identificar a qué variedad pertenece el aceite catado e, incluso, aventura, de qué zona de España procede.

Pero, como él mismo reconoce, "hay personas que muestran reparos en beberlo", así que ofrecen catarlo con otros alimentos como pan y tomate fresco.

Entre aceite y aceite se recomiendo comer una rodaja de manzana fresca para eliminar el sabor.

García Tenorio se declara partidario de catar el aceite con toda suerte te alimentos "para ver con cuál combina mejor".

Una de las cosas "más sorprendentes de este producto", declara, es que, "en función del alimento con el que comamos, puede cambiar totalmente su sabor".

Por ello, tampoco recomienda "circunscribirse únicamente a la cata".

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