Estos parámetros son la topografía del terreno o la vegetación, pues un bosque de pinos o eucaliptos no arderá igual si hace dos meses o una semana que no llueve. Mientras la topografía no cambia rápidamente, a no ser que haya un terremoto, precisa, la vegetación sí varía en función de las circunstancias a lo largo de días o semanas.

    Sin embargo, es el viento el parámetro que cambia más rápidamente, y además es necesario tener en cuenta que se puede modificar por la propia topografía del terreno, sostiene Margalef, que mañana pronunciará una conferencia en el CiTIUS compostelano con el título "Improving forest fire propagation prediction with HPC", en la que hablará sobre las ventajas de este sistema.

    Margalef ha puesto de manifiesto que una de las mejores maneras de evitar incendios es trabajar en la prevención y en mantener los bosques limpios de masa forestal, que "arde muy fácil y sobre la que es muy difícil de actuar", para que el fuego "no adquiera tanta virulencia y sea fácil de controlar".

    Otra sería la tecnología, su área de investigación, a partir de sistemas HPC (High Performance Computing, en sus siglas en inglés), que son sistemas de cómputo de altas prestaciones con los que se pueden obtener predicciones mucho más rápidas para poder así adelantarse al comportamiento del fuego y minimizar la devastación.

    Esta metodología sintoniza los parámetros de entrada del modelo y se basa en la calibración y la predicción, es decir, se aplican determinados algoritmos que requieren un número elevado de simulaciones ejecutadas en paralelo.

    Para ello, detalla el experto, se combinan los modelos de los incendios, de predicción meteorológica y del campo de vientos, de manera que, a partir del viento meteorológico y la topografía del terreno, se pueda generar un estado del viento en cada región de dicho terreno.

    Este proceso requiere de un cómputo importante, porque los modelos meteorológicos son relativamente pesados desde el punto de vista del cálculo, como también lo es el de vientos y el de incendios, por lo que "lleva cierto tiempo de cómputo".

    "Si lo intentáramos hacer un ordenador personal tardaríamos 20 días para predecir un incendio mañana; no es útil", apunta. Por el contrario, "se necesita una computación de altas prestaciones como la HPC y ordenadores con muchos procesadores, y explotar todos estos procesadores para que calculen más rápido todos los modelos y poder así hacer una paralelización".

    Desde un punto de vista operativo, ejemplifica, ha de haber un margen de una hora para poder hacer la predicción en un cuarto de hora del comportamiento del frente del incendio sobre un mapa de unas diez mil hectáreas.

    Margalef ha considerado "factible" que los responsables del servicio contraincendios cuenten con un sistema que puedan incorporar con el perímetro del incendio y las predicciones acerca de su avance, pues una buena predicción del mismo es esencial a la hora de actuar contra el fuego

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