Castillo-Garzón mantiene que la cerveza no aumenta la diuresis ni dificulta el mantenimiento de los niveles de glucosa plasmática sino que sus componentes se metabolizan lentamente y liberan unidades de glucosa que pasan progresivamente a la sangre.

    En condiciones de elevada temperatura ambiental y abundante transpiración, incluso se considera que el consumo moderado de cerveza, tanto en su variedad tradicional como sin alcohol, permite recuperar las pérdidas hídricas en medidas similares al agua.

    La incidencia tras la práctica deportiva ha sido uno de los aspectos de la cerveza tratados en el simposio aunque no el único ya que, entre otros fines, también se han analizado los beneficios desde el punto de vista cardiovascular.

    A este respecto, se ha dado cuenta de un estudio del Centro de Investigación Cardiovascular CSIC-ICCC de Barcelona, publicado en la revista "Basic Research in Cardiology", que refleja que el consumo moderado favorece la fibrosis reparativa en el corazón dañado, lo que deriva en un menor tamaño de la cicatriz y una mejora en el funcionamiento cardíaco global

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