Ante estas mortandades, la Asociación de Apicultores hace una llamada de alerta a las  autoridades competentes y a la sociedad en general para que ponga fin a estas  malas prácticas, solicitando la toma urgente de medidas para  intensificar  los controles sobre las fumigaciones en esas zonas.

   La enorme cantidad de colmenas muertas ha creado un estado en el sector apícola de estupor y alarma al no entender cómo es posible que se maten colmenas "cuando estas son un instrumento imprescindible en la polinización de esos cultivos, y se puede provocar la salida masiva de colmenas y el no asentamiento de las mismas en esas zonas comprometiendo gravemente la polinización efectiva de esas zonas", según señala en una nota.

   Ante este ehcho, desde la AARM recomiendan no asentar colmenas en esos lugares mientras no haya una respuesta a este problema.

    Las abejas realizan sobre los frutales de hueso la imprescindible labor de polinizar estos cultivos, por lo que su presencia es vital para poder obtener una cosecha rentable.  No obstante esas colmenas también son responsables del mantenimiento de la cubierta vegetal de la que depende nuestro frágil ecosistemas y si las dañamos no solo estamos poniendo en peligro nuestra producción agraria sino también nuestro futuro ambiental

     En su opinión, estas muertes pueden evitarse siguiendo estrictamente  las recomendaciones de los prospectos de uso de los fitosanitarios; avisando a los apicultores para que tomen las medidas oportunas; con una elección de horas de poca o ninguna actividad por parte de las abejas; evitar el uso de sustancias azucaradas o atractivas para las abejas en los preparados fitosanitarios ; y el uso de productos inocuos para las abejas.

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