EFE.- Esas pértigas, de entre seis y nueve metros de altura, son de fibra de vidrio y de carbono, materiales muy ligeros que permiten un fácil manejo para llegar al ápice de la palmera, sin necesidad de subirse a ella.

Las pértigas están conectadas a un tanque encargado de dosificar la cantidad del producto imidacloprid, cuyo uso está autorizado por la Generalitat y la Unión Europea (UE), para combatir el picudo rojo.

El tratamiento se inició el pasado 20 de marzo y se prolongará hasta el próximo verano en 69 huertos municipales de Elche, aunque podría realizarse de nuevo a partir de septiembre si existen problemas con el picudo, según ha explicado hoy el concejal de Vía Pública, Manuel Rodríguez, a los periodistas.

Rodríguez ha precisado que los dueños de los huertos privados que quieran utilizar las citadas pértigas podrán solicitarlo al ayuntamiento.

La intención de la corporación municipal es la de adquirir en un futuro una pértiga de catorce metros de altura para las palmeras más altas, previa prueba, ya que hasta ahora el imidacloprid se vierte a presión, pero con la normativa europea se debe reducir la pulverización.

Además de usar este producto químico, el consistorio ilicitano aplica el tratamiento de endoterapia, un método por inyección de la sustancia Tiametoxán en los ejemplares de palmera canaria, las más propensas a ser infectadas por el picudo rojo.

También emplea técnicas biológicas con nematodos -gusanos que parasitan en adultos, larvas y huevos de picudo rojo y se alimentan de él para vivir-, diluidos en agua y hongos beauveria bassiana.

×