“Uno de los obstáculos con los que nos encontramos en las terapias antitumorales es que muchos fármacos anticancerígenos son poco solubles en agua”, indica José Manuel Peula, investigador de la Universidad de Málaga Ése es el motivo, agrega, por el que han elegido un interior oleico donde se disuelve bien el fármaco, y una cubierta soluble en agua que permite que las partículas viajen en el torrente sanguíneo y que los fármacos lleguen a las células diana en la cantidad deseada, según se señala en orgullososdejaen.es.

    La novedad de estas nanocápsulas es su superficie, que incorpora un anticuerpo dirigido frente a la proteína Her2, presente en abundante cantidad en células tumorales de algunos tipos de cáncer de mama muy agresiva.

    Según explica uno de los responsables del estudio, los anticuerpos son proteínas que el organismo genera para defenderse de agentes que puedan resultar perjudiciales. “Nuestras nanoestructuras incorporan un anticuerpo que reconoce a la Her2 y actúa como un dardo que lanzamos a una diana”, afirma Peula.

Puede ayudar a reducir los efectos secundarios

 
    De esta forma, los nanovehículos preparados por los investigadores llegan a las células tumorales en mayor cantidad que a las células que no expresan dicha proteína y actúan descargando el fármaco que transportan.

    Ese carácter selectivo podría disminuir los efectos secundarios, ya que las células sanas se ven menos afectadas por el tratamiento. Una vez preparadas las nanocápsulas, los investigadores realizaron ensayos in vitro donde las aplicaron a células sanas, a otras tumorales sin receptor Her2 y finalmente a aquellas donde este receptor estaba sobreexpresado.

    Los investigadores comprobaron que la acción del fármaco se dispara en células con el receptor, lo que evidencia que la nanopartícula lo reconoce y aumenta su captación, incrementando la mortalidad de la línea tumoral.

Interprofesional: Consumir virgen extra reduce malignidad del cáncer de mama

   Por otra parte, las investigaciones han demostrado que los cánceres de mama de personas que consumen una dieta con aceite de oliva virgen extra son más pequeños y tienen menor grado de malignidad, frente a los que padecen quienes se alimentan con otros aceites, según explicad la Interprofesional del Aceite de Oliva Español en un comunicado, con motivo de la celebración hoy del Día Mundial contra el Cáncer.

     Ha apuntado al trabajo de investigación que está desarrollando el Grupo Multidisciplinar para el Estudio del Cáncer de Mama que dirige el Dr. Eduard Escrich en la Universidad Autónoma de Barcelona (Departamento de Biología Celular, Fisiología e Inmunología de la Facultad de Medicina).

    La Interprofesional colabora en este proyecto dentro de su programa de impulso de la I+D+i en el campo de la salud.

    El equipo del Dr. Escrich, que investiga desde hace tres décadas los efectos del consumo de grasas en la evolución del cáncer de mama, puso en marcha un proyecto de investigación basado en dos grandes líneas, una en un modelo experimental en ratas con dicho cáncer, alimentadas con dietas ricas en aceite de oliva virgen extra o en aceite de semillas, y otra en humanos.

    Según ha descrito, en el modelo experimental el equipo del Dr. Escrich ha realizado diversas aportaciones que, en conjunto, "demuestran que el aceite de oliva frena la progresión del cáncer de mama y lo hace a través de diversos y complejos mecanismos entre los que destaca su acción inhibidora de las vías de proliferación de las células tumorales y la inducción de su muerte".

    Dicho aceite ha demostrado tener, desde edades tempranas, un efecto sobre el peso y la maduración sexual que sería compatible con un efecto protector de la glándula mamaria a la transformación neoplásica.

    Los tumores de las personas alimentadas con dietas con aceite de oliva son de menor grado de malignidad (clínico y morfológico).

Los aceites de semilla con grasas Omega 6 estimulan la progresión del cáncer


    Por el contrario, han señalado, las grasas Omega 6, contenidas en los aceites de semillas, "estimulan la progresión del cáncer de mama de manera que los tumores aparecen antes, hay más individuos afectados, mayor número de tumores y suelen ser más grandes y de mayor grado de malignidad".

    No obstante, el doctor Escrich ha remarcado que la mayor parte de las investigaciones indican que en principio las grasas de la dieta "no producen ni curan el cáncer, sino que modulan el curso clínico de la enfermedad".

    En este sentido, "cuando la enfermedad ya existe por otros motivos, ciertas grasas, como el aceite de oliva virgen, frenarían su progresión, mientras que otras, como las grasas saturadas o las Omega 6, cuando se ingieren en elevadas cantidades, acelerarían el curso clínico del cáncer de mama", ha resaltado.

(Foto: Archivo. mizamora.net)

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