Pues de una forma directa, de ninguna manera, pero el hecho de que esté leyendo esta noticia revela el morbo político que ha despertado la crisis interna del PSOE en todo el país.

Sin embargo, lo que sí va a tener mucha repercusión en la agricultura española no es quién se quedará al final al frente del PSOE, si no que se acentúa la crisis política nacional con este nuevo conflicto. Nadie sabe qué va a pasar ahora, si la guerra interna va a provocar un posible respaldo al Gobierno de Rajoy o unas terceras elecciones o un Gobierno de izquierdas. Lo que sí se sabe es que este país, y en concreto el sector agrícola, no puede seguir esperando a que los políticos se decidan.

Hasta ahora, con más o menos fondos y cintura política, desde el Ministerio de Agricultura se ha podido ir capeando el temporal porque los Presupuestos estaban aprobados y las principales partidas para el sector estaban garantizadas, pero las Cuentas del Estado se acaban y nadie sabe qué va a pasar y ni siquiera cómo afectará una prórroga de las mismas.

Y buena prueba de ello es que ya se está hablando de que el Magrama podría recortar un 10% las ayudas a los seguros agrarios. Y ya se sabe que, en tiempos convulsos, Montoro y De Guindos son capaces de recortar de donde puedan para ahorrar dinero para Europa.

La crisis interna del PSOE, como antes lo ha sido la corrupción, es mucho más que morbo, es un reflejo de un país donde la política no es un ejercicio de responsabilidad hacia los ciudadanos, sino de irresponsabilidad hacia todos los españoles.

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