EFE.- Hoy han participado en la actividad 385 alumnos de los colegios públicos Tenerías, Martínez Garay y Andrés Manjón de Zaragoza y el Florencio Jardiel de Peñaflor, y de los centros religiosos Madre Rosa Molás y Anunciata.

El programa escolar de plantaciones, organizado por el Ayuntamiento de Zaragoza a través de la Agencia de Medio Ambiente y Sostenibilidad, ha contado en esta ocasión con la participación de veinticinco colegios zaragozanos, dos de ellos de Educación Especial (El Cariño y San Martín de Porres).

Los cerca de 1.700 ejemplares que se han plantado se reparten entre un 60 % de árboles (pino carrasco, encina o sabina albar) y un 40 % de especies arbustivas (espino negro, olivilla, coscoja, enebro, sabina negral o lentisco).

La repoblación se ha llevado a cabo en el monte municipal denominado Realengo de Peñaflor y ha abarcado una superficie aproximada de 3,5 hectáreas.

La actividad se enmarca en el programa municipal de educación ambiental con el que se pretende, de modo práctico y directo, implicar a los escolares en la lucha contra el cambio climático, a través del papel de los bosques como sumideros de carbono y contribuir a la reforestación de los montes municipales con especies autóctonas.

Durante toda la semana los escolares han aprendido no sólo a identificar las diferentes especies autóctonas escogidas para la reforestación, sino también la técnica de plantación más adecuada para garantizar su supervivencia, con un patrón que pretende asemejar la repoblación a la distribución natural de las masas forestales.

Zaragoza, con uno de los términos municipales más extensos de España, alberga un patrimonio forestal único de origen natural, entre ellos 1.000 hectáreas de bosques mediterráneos autóctonos de pino carrasco (no modificados por la mano del hombre) con un rico sotobosque de arbustos, que el Ayuntamiento se ha implicado en mantener y ampliar.

Las primeras repoblaciones de las que se tiene noticia las llevó a cabo a finales del siglo XIX en el monte de San Gregorio, y desde 1926 en los Montes de Torrero, que dieron origen, entre otros, a los actuales Pinares de Venecia.

Estas actuaciones se llevaron a cabo con el objetivo de proteger el suelo de la erosión y defender el patrimonio municipal, al igual que las llevadas a cabo en los años cincuenta del siglo XX en el núcleo de la Ermita de San Cristóbal del barrio de Peñaflor y en el monte de Valdeatalaya de Villamayor, entonces perteneciente al término municipal de Zaragoza.

En 1984 se comenzó a trabajar en la creación de un cinturón verde que rodee a Zaragoza a base de repoblaciones forestales, realizadas ya con criterios actuales tanto en las técnicas de repoblación como en las especies que se plantan.

Así, se ha intervenido en los parajes de las Vales de Cadrete, Torrozuelos, en diversos parajes del actual término de Villamayor de Gállego, en Monte Litigio, Santa María, Acampo Hospital y Vedado de Peñaflor.

A partir de 1996, en las repoblaciones se incluye la plantación de arbustos para fijar y enriquecer el terreno.

Zaragoza cuenta actualmente con 1.000 hectáreas de bosque mediterráneo autóctono y 2.600 hectáreas de bosque de repoblación en los montes públicos de propiedad municipal, de las que casi 140 han sido repobladas por 40.000 escolares a lo largo de las tres últimas décadas, a las que habría que añadir 1.000 hectáreas más repobladas por el Ayuntamiento en montes de Villamayor de Gállego.

En todo el término municipal de Zaragoza, las superficies forestales suponen un ratio de 37,6 metros cuadrados de superficie repoblada por habitante, lo que, sumado a los más 8 millones de metros cuadrados de zonas verdes urbanas, hace que sus vecinos gocen de un ratio de 49,7 m2/habitante, casi 50 m2 de espacios naturales y de naturaleza urbana para conservación, uso y disfrute.

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