Sigue la confusión sobre los pagos del adelanto de la PAC. Aunque diversas fuentes había avanzado que se podría comenzar el abono del 70% de los pagos directos y del pago verde desde mediados de octubre, tal y como recogió ayer agroinformacion (quizás erróneamente y asumimos nuestro error), parece que al final Bruselas le corta el grifo a España y el adelanto será solo del 50%, rompiendo así una racha de cinco años en las que se venía abonando el citado 70%, que en esta ocasión se limitará los pagos en aquellos países del norte y del centro de Europa que han sufrido una sequía y posteriores incidencias climatológicas.

Al parecer, ya que existe una gran confusión al respecto ya que oficialmente nadie confirma nada pese a que hay CCAA, como es el caso de Andalucía, que sí lo están informando de manera extraoficial, el origen del error de las cifras se debe a que Bruselas no ha aceptado la propuesta técnica presentada por el Ministerio de Agricultura.

Los países tenían hasta el pasado 30 de agosto para solicitar el adelanto de ese 70%, que este año se estaba centrando en los problemas por la sequía en media Europa y España presentó su propuesta, como ha hecho en años anteriores, pero a diferencia el último lustro se han rechazado sus argumentaciones.

Además, dentro de este clima de confusión, se da la circunstancia de que la CE tampoco ha aprobado el adelanto del 70% en Portugal, a la que a nivel peninsular también se le corta el grifo, pero sí en su región de las Azores (más afectada por la sequía), lo que causó que se creyera que en España se podría dar un caso similar y que se autorizase el 70% en el algunas regiones, ayudando a aumentar el caos y la confusión.

En cualquier caso, y a la espera de que se confirmen oficialmente las cifras y las fechas (ya que no todas las CCAA podrían comenzar a pagar en octubre aunque sea el 50%), la medida no ha sentado nada bien en el sector agrario, que confiaba en un dinero que podría ayudar muchos a las explotaciones en un año marcado no por las inclemencias meteorológicas pero sí por los bajos precios y el incremento de los costes de producción.

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