El presidente de la cooperativa Dcoop, Antonio Luque, alerta de que, en un contexto de crecimiento de la producción de aceite de oliva como el actual, el reto pasa por elevar el consumo en el ámbito mundial ante el riesgo de que los precios agudicen su caída y provoquen una crisis en el sector.

«En los próximos años, la producción de aceite de oliva en España va a aumentar de forma importante -por el incremento de la superficie de olivar-, pasando de cerca de 1,3 millones de toneladas a cerca de 1,9 millones. Si no se venden esos 500.000-600.000 kilos más, tendremos un excedente estructural y nos vamos a cargar la situación de los precios», advierte en una entrevista con Efeagro.

El responsable del que es considerado el mayor productor de aceite de oliva en el mundo -pero con actividad también en aceituna, vino, lácteos y frutos secos- apunta que en los próximos años «se puede dar una situación de crisis en el sector del olivar por esos incrementos de producción, hasta que se ajuste la oferta y la demanda».

Sobre la guerra abierta entre la cooperativa que lidera y Deoleo reconoce que se trata de un conflicto «que viene fatal al sector»

Ese alza podría afectar a los precios, materia en la que Luque se ha defendido de las acusaciones que apuntan a Dcoop como responsable de impulsarlos a la baja, y defiende la política comercial seguida por la compañía, también en Estados Unidos.

«Quiero vender el aceite al precio más alto posible, pero que se venda todo (…) En EEUU nos dicen que vendemos barato y lo hacemos por encima de 7,5 euros. ¿Qué pasa? ¿Que en España se puede vender a 3,5 euros y hacer promociones, pero hacerlo a 7,5 en EEUU es barato? Hace falta una estrategia sensata», insiste.

En su opinión, «no tiene sentido» que en este contexto de sobreproducción haya competidores -en clara alusión a la empresa Deoleo- que apuesten por que el sector del aceite de oliva español venda «sólo unos cuantos litros pero muy valorizados».

Sobre la guerra abierta entre la cooperativa que lidera y Deoleo -considerada la mayor distribuidora de aceite a escala global-, Luque reconoce que se trata de un conflicto «que viene fatal al sector» del aceite español, aunque coloca el foco en su rival.

«No veo dónde está el beneficio (de este conflicto). Si alguien pretende cargarse a Dcoop y que no queden competidores, me parecería lamentable, y no lo van a conseguir», afirma.

Ve improbable un arancel al aceite de oliva en EEUU por el escaso volumen de aceite que producen

La cooperativa fue accionista de Deoleo hasta 2014, cuando perdió la batalla por hacerse con una participación mayoritaria: «Al principio mantuvimos las relaciones comerciales, pero ahora mismo no las hay», asegura Luque, quien aboga por que el sector trabaje conjuntamente en temas como la calidad y la seguridad jurídica o la apertura de nuevos mercados.

En este sentido, critica el panel de catadores para catalogar el aceite (en virgen o virgen extra), por ser un método «subjetivo», y apuesta por reforzar los análisis técnicos para que sean «más estrictos» y evitar «problemas relacionados con el fraude».

De cara a la mejora de las exportaciones dentro de la crisis en el sector, recuerda que en países como Francia, Alemania o Reino Unido el consumo «apenas supera el litro por habitante y año», por lo que existe margen para crecer, tal y como ocurre en EEUU, Brasil, México, Rusia y en parte de Asia.

En su opinión, el sector español ante la crisis en el sector necesita «empresas con más tamaño y dimensión», con fuerte presencia internacional para ser menos dependiente de las políticas proteccionistas de uno u otro país y de los vaivenes del mercado.

Para Luque, los principales obstáculos para este tipo de operaciones -concentraciones, fusiones…- son «los personalismos y localismos», también en el ámbito cooperativo, en el que Dcoop es una de las líderes junto a Coren y el grupo AN en facturación.

Sobre el arancel de EEUU a la aceituna de mesa española, confía en que se acabe eliminando, aunque «será complicado que sea en un plazo inferior a cinco años».

La cooperativa cuenta con una división de negocio especializada en este área y firmó recientemente un acuerdo con una de las compañías estadounidenses (Bell-Carter) cuya denuncia motivó la imposición del impuesto.

Preguntado por el riesgo de que el arancel se extienda al aceite de oliva, lo ve improbable por el escaso volumen de aceite de oliva producido en el país norteamericano.

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